El Senado de EEUU ha rechazado el presupuesto presentado por Barack Obama, pero lo sorprendente es que la cámara, de mayoría demócrata, lo ha hecho en blanco, tal y como se diría en un partido de tenis: 99 votos en contra y ninguno a favor.
El rechazo se une al no menos contundente que ya había expresado el Congreso en el pasado mes de marzo, cuando las cuentas de Obama sufrieron una votación contraria de 414 votos a cero. Esto supone que de más de 500 legisladores norteamericanos ninguno ha apoyado las cuentas de su presidente.
Del mismo modo, aunque de forma mucho menos contundente, el Senado estadounidense rechazó también los cuatro presupuestos alternativos presentados por la minoría republicana, aunque el resultado de las votaciones (58 a 41 en la última, por ejemplo), parece casi un triunfo si se compara con el "rosco" recibido por el proyecto presidencial.
El equipo de campaña de Mitt Romney, el candidato republicano ya prácticamente elegido para competir con Obama en las elecciones presidenciales de noviembre, ha aprovechado la oportunidad señalando "la falta de seriedad" del presidente para afrontar "los retos presupuestarios".