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Ajustada victoria de Merkel en el norte de Alemania

Merkel ha salvado la cara por la mínima al mantenerse como la más votada en el norte, pero no podrá reeditar su coalición con los liberales.

La canciller alemana Angela Merkel salvó la cara al mantenerse su partido en las elecciones regionales como primera fuerza en el norte de Alemania, y se prepara ya para cohabitar en Europa con el socialista francés François Hollande.

El pequeño land de Schleswig-Holstein, fronterizo con Dinamarca y con apenas 2,2 millones de electores, ha sido el alivio que la canciller precisaba en este domingo, en el que se han celebrado elecciones en varios países europeos, entre ellos Francia y Grecia.

Su Unión Cristianodemócrata (CDU) obtuvo en estas elecciones en Schleswig-Holstein un 30,8%, algo más de medio punto por encima de su directo rival, el Partido Socialdemócrata (SPD), con un 30,2, según las estimaciones difundidas por las televisiones públicas ARD y ZDF al cierre de las urnas.

La formación de Merkel no podrá reeditar su coalición local con el Partido Liberal (SPD), puesto que su socio de gobierno en Berlín quedó en un 8,1%. Tampoco parece posible una alianza entre el SPD y Los Verdes, ya que el 13,3 % de los ecopacifistas es asimismo insuficiente para una mayoría sólida.

Las alternativas para el futuro gobierno regional son múltiples, desde una gran coalición a distintas fórmulas de tripartito tal vez con participación del partido de la minoría danesa SSW -un 4,3 %-.

Los Piratas se consolidaron como fuerza emergente, con un 8,4% que les da acceso a su tercera cámara regional -tras Berlín y el Sarre (oeste)-, lo que es un hito en una formación que hasta septiembre pasado no contaba para la vida parlamentaria alemana.

La constelación futura del pequeño land alemán se definirá en las próximas semanas, pero en lo que concierne al gran interés mayoritario del domingo electoral europeo quedó claro que la eurozona perdió a su tándem "Merkozy" (Merkel y el presidente francés saliente, Nicolás Sarkozy), directriz de los últimos años e identificado con la vía de la austeridad a rajatabla.

El equipo de la canciller llevaba días trabajando en quitar dramatismo al eventual relevo en el Elíseo y repitiendo que Merkel mantendrá su colaboración estrecha sea quien sea el vencedor de las presidenciales francesas.

El eje Berlín-París es de largo recorrido, como lo documentan las buenas relaciones entre correligionarios como Konrad Adenauer y Charles de Gaulle o entre líderes de bandos distintos, la más legendaria de las cuales fue la de François Mitterrand y Helmut Kohl, el patriarca de la CDU.

Las señales del equipo de Merkel parecen ser compartidas por el ciudadano común: según una encuesta de la ZDF, antes de conocerse la victoria del socialista, un 42% de los ciudadanos considera que las relaciones París-Berlín seguirán igual, frente a un 35% que creen empeorarán y un 5% que mejorarán.

Merkel y Sarkozy eran, de entrada, dos caracteres contrapuestos que no congeniaron automáticamente, se recuerda ahora, y en cambio el perfil de Hollande parece cuadrar mejor con el de la canciller, por mucho que hasta ahora hayan defendido posiciones divergentes frente al gran problema global, la crisis de la eurozona.

El propio Hollande envió, ayer, el primer mensaje de acercamiento a través de uno de sus asesores, Pierre Moscovici, quien desde el diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung  afirmaba que, de ganar, se mantendrá la "colaboración constructiva" con Berlín.

Las elecciones regionales alemanas dieron, por lo demás, alas nuevas al socio liberal de Merkel, que por primera vez en meses logró romper la racha de naufragios y consiguió al menos no quedar degradado a rango de fuerza extraparlamentaria, como venía ocurriéndole.

Los comicios de Schleswig Holstein preceden a los que tendrán lugar el próximo domingo en Renania del Norte-Westfalia (oeste), el más poblado del país y donde gobierna ahora una coalición entre socialdemócratas y verdes. El FDP aspira ahí a defender sus escaños, lo que revitalizaría a la formación de cara a las generales de 2013.

Esta remontada, de producirse, podría dejar paradójicamente en mala situación al presidente del FDP y ministro de Economía de Merkel, Philipp Rösler. 

La salvación del FDP en Schleswig-Holstein vino de la mano de un rival interno, el líder local Wolfgang Kubicki, mientras que en Renania, de repetirse, se deberá a Christian Lindner, otro crítico al vicecanciller de Merkel.

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