España, protagonista de uno de los momentos más tensos del debate Hollande-Sarkozy
La herencia de Zapatero, el despilfarro, DSK y, cómo no, la crisis del euro han protagonizado el esperado debate entre Hollande y Sarkozy.
La economía ha centrado buena parte del debate, dividido en bloques y con el tiempo tasado. Su estructura permitía, sin embargo, gran libertad a ambos políticos, conocedores de la trascendencia de un enfrentamiento clave para la segunda vuelta del domingo. La crisis y la forma de enfrentarse a ella ha sido el primer gran tema tocado por los candidatos. El socialista, François Hollande, ha reprochado al presidente francés que el país haya pasado de tres a cuatro millones de parados, mientras Nicolas Sarkozy le echaba en cara el crecimiento de Francia en 2009, el año del comienzo de la crisis.
Cuando Hollande le ha reprochado que Alemania "lo ha hecho mejor que nosotros", Sarkozy le ha recordado que las políticas alemanas son el blanco de las críticas de los socialistas.
Pero Alemania también ha estado en el discurso del presidente francés. Recuperando el tan manido argumento de campaña de la gestión de Zapatero, Sarkozy ha dicho que el país que gobierna Angela Merkel "es el ejemplo a seguir, no Grecia y España".
En el debate ha habido acusaciones mutuas de "mentir" –"tiene esa palabra en los labios permanentemente", se ha quejado Hollande- y de calumniar. Uno de los mayores momentos de tensión ha llegado cuando han aludido a los impuestos y a los "ricos". Sarkozy ha atacado a Hollande preguntándole si quiere "que todo el mundo se vaya de Francia" y "que nadie pueda pagar aquí los impuestos. ¿Quiere seguir aumentándolos? ¿Propone por su locura de gastos aumentar los impuestos?" Hollande ha contestado acusándole de haber "incrementado los gravámenes" durante su mandato.
La jubilación, cuya edad propone retrasar Hollande, y la enseñanza, con la propuesta del socialista de incrementar 12.000 puestos cada año en este sector, están centrando también el debate. "Usted lo hace haciendo que los trabajadores lo paguen", ha respondido Sarkozy.
Con el bloque dedicado a la UE y a la situación de las finanzas europeas, España se ha convertido, definitivamente, en protagonista. Después de que Hollande propusiera de nuevo una reforma del pacto fiscal para incluir medidas por el crecimiento y no "condenar" a países como España y e Italia, Sarkozy le ha echado en cara, de nuevo, la herencia de Zapatero y los contactos que ambos mantuvieron en su día. "No hay ni un solo francés que quisiera encontrarse en la situación de España", ha dicho el presidente. Hollande, rotundo, ha contestado: "No he dicho que quiera ese modelo". Después, el socialista ha contraatacado citando a Berlusconi y su afinidad ideológica con Sarkozy. La respuesta del presidente, muy molesto: "No es de mi partido, ni de lejos ni de cerca".
Sarkozy ha censurado sus propuestas para Europa y en particular su propuesta de los eurobonos. "¿Quién garantizaría la deuda sino Francia y Alemania?", le ha dicho. También se ha mofado de sus ideas para solucionar rápidamente para la crisis: "Hemos evitado la implosión del euro, ¿cree que ha sido fácil?"
También bronco ha sido el debate sobre inmigración, en el que Sarkozy ha reprochado a Hollande que quiera dar derecho a voto a los inmigrantes. Enseguida el debate se ha centrado en el Islam y el multiculturalismo. Mientras Hollande instaba a Sarkozy a "no asustar a la gente", Sarkozy le acusaba de cobarde: "No tuvo el valor de votar" la ley para prohibir el burka, en alusión a la abstención del socialista. Hollande ha contestado dejando claro que él está también en contra de esta prenda.
DSK, Afganistán y el "honor de Francia"
Tras un bloque dedicado a que los candidatos explicaran qué presidente querían ser, que ha desembocado en reproches mutuos de partidismo y una envenenada mención a Strauss-Kahn de la que ha tenido que zafarse Hollande diciendo que él no conoce la "vida privada" de sus colaboradores, el debate se ha centrado en Afganistán. Hollande ha reiterado su intención de sacar a las tropas de allí nada más llegar al poder: "Las tropas no han de permanecer más tiempo allí. Anunciaré esta decisión el domingo, lo haré con nuestros aliados, sin tomar ningún riesgo". Puso fecha: finales de 2012.
Sarkozy le ha respondido destacando la "responsabilidad de Francia" y la necesidad de una retirada conjunta de los aliados, coordinada con EEUU, en 2013. "Salir en 2012 sería faltar al compromiso con nuestros socios. Francia tiene un honor", ha sentenciado.
El debate ha concluido con un último turno de palabra para ambos. Hollande lo ha utilizado para prometer "un cambio de política, un cambio de método, de concepción de la República". "Podemos cambiar, hacer de la recuperación nuestra gran causa", ha dicho.
Sarkozy, mientras, ha dicho que está en juego "el futuro que queremos para nuestros hijos" y ha ensalzado los compromisos frente a las "palabras que vuelan". "Yo adopto la regla de oro, un país que no reembolsa su deuda no es un país libre", ha dicho. "Me apasiona Francia", ha concluido.
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