Más de 2.300 personas se congregaron en el gran salón del Hotel Hilton para homenajear a la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca, en el 50 aniversario de la primera de estas cenas en las que se aceptó la presencia de mujeres. La gala, originalmente dominada por periodistas, se ha convertido a lo largo de los años en un desfile de artistas de cine, televisión, música y de la prensa.
Antes del tradicional discurso con bromas, Obama salió brevemente del escenario, y entre bambalinas se le escuchó musitando sobre cuánto ha encanecido en los tres años que lleva en la presidencia, y preguntándose qué diría frente a los invitados si no funcionaba la pantalla con texto. "Necesito un cigarrillo", dijo Obama, quien repetidas veces ha asegurado que ha dejado de fumar.
De regreso al escenario, Obama recordó como "aniversario histórico" el que está a punto de cumplirse desde que un pelotón de fuerzas especiales mató en Pakistán al jefe de Al Qaeda, Osama bin Laden. "En ese mismo fin de semana, hace un año, hicimos justicia a uno de los individuos más notorios del mundo", dijo Obama. Después en las grandes pantallas de vídeo instaladas en la sala apareció una foto del magnate Donald Trump. En la cena del año pasado el presidente hizo bromas a costa de Trump y sus reiterados cuestionamientos acerca del sitio donde nació Obama.
Obama saludó la presencia en la sala de algunos legisladores republicanos en el Congreso y, refiriéndose a la obstrucción que ese partido ha ofrecido a todas las iniciativas presidenciales comentó que esos políticos "pudieron tomarse esta noche un descanso de su esfuerzo por no aprobar leyes".
Su más que probable rival Mitt Romney tampoco se escapó. Obama hizo referencia a que ambos tienen títulos de Harvard: "Yo uno y el dos", aseguró, "menudo snob". Además, sacó a colación una "pausa" que el republicano se tomó durante la campaña, para ver Los Juegos del Hambre. "Es una película sobre personas que cortejan a patrocinadores ricos y luego se aniquilan brutalmente hasta que sólo uno queda en pie", ironizó. "Estoy seguro de que para Romney fue un gran cambio de ritmo", bromeó.
También tuvo su ración de bromas Hillary Clinton, de quien dijo que "hace cuatro años estábamos inmersos en unas primarias brutales y ahora no deja de mandarme mensajes borracha desde Cartagena".
Después de casi 20 minutos de bromas, Obama dijo a la audiencia que tenía otras muchas en su guión "pero, a decir verdad, tengo que consultarlas con el Servicio Secreto antes de que les caiga el nuevo toque de queda".
El gobierno ha aprobado normas de conducta más estricta para los miembros del Servicio Secreto, después de que varios agentes se vieran involucrados en un escándalo con prostitutas en Cartagena (Colombia), poco antes de la reciente Cumbre de las Américas.
Obama terminó su presentación, en tono serio, elogiando el papel de los periodistas y enfatizando que en ocasiones como las de esta noche "prevalece y compartimos la libertad de expresión sobre nuestras diferencias".
Las orejas de Obama, protagonistas
El comediante Jimmy Kimmel, que siguió a Obama en el podio, comenzó su actuación saludando al presidente "Salam", probablemente en una alusión al saludo musulmán salam alaikum, y las constantes suspicacias de ciertos sectores derechistas en EEUU porque su presidente es musulmán.
Kimmel dijo que continuaría con algunas bromas sobre el Servicio Secreto, y dirigiéndose a Obama le dijo: "Si eso no es adecuado, señor presidente, por favor cúbrase las orejas, si eso es posible". Un rasgo de Obama que es favorito entre los caricaturistas es el tamaño de sus orejas.
Entre las personas que asistieron a la cena estuvieron el chef español José Andrés; el jefe de la Representación de la Unión Europea en EEUU, embajador João Vale de Almeida; el cineasta Steven Spielberg, el actor George Clooney, la cantante Lindsay Lohan, y la actriz Viola Davis, que este año ganó un Oscar por su papel en la película The Help.