El aún jefe de Estado francés, Nicolás Sarkozy ha iniciado su campaña para captar los votos de los franceses que votaron por Marine Le Pen. Si quiere permanecer en el Elíseo tras el próximo 6 de mayo, Sarkozy tendrá que hacerse con una gran parte de esos 5,4 millones de votantes, a los que ya intenta cortejar. En su primer discurso tras las elecciones, Sarkozy no se ha andado con rodeos, y ha modificado su discurso para captar la atención de los votantes que optaron por la ultraderecha.
Así, Sarkozy se ha centrado en el asunto de la inmigración, una de las grandes batallas de la formación de Le Pen. "Francia no puede seguir recibiendo extranjeros", ha asegurado. Sarkozy añadió que quiere reducir a la mitad el número de foráneos llegados cada año y someter a "un examen de francés a toda persona que quiera venir a Francia" para garantizar que será capaz de integrarse.
En esta entrevista en France 2 trató de evitar la fuga de votos lepenistas hacia Hollande, advirtiéndoles de que el socialista tiene la intención de "regularizar a todo el mundo".
Sarkozy refutó la tesis de que Marine Le Pen será decisiva el próximo 6 de mayo: "Nadie piensa que Marine Le Pen pueda gobernar Francia", señaló el presidente-candidato, quien estimó que esos 6.421.802 electores depositaron en la urna "un voto de crisis".
El ascenso de la extrema derecha en Francia responde a "una forma de decir a los otros: 'tened cuenta de nuestra situación'", agregó. Se trata, según el análisis del candidato, de la consecuencia de "cuatro años de crisis".
Vuelve a señalar a España
Sarkozy, como viene siendo habitual en campaña, volvió a comparar la situación de Francia con los países de la Unión Europea (UE) más afectados por la crisis y, en particular, se refirió al caso de España. "Miren la situación de España, de Portugal, de Grecia, de Irlanda. ¿Creen que el poder adquisitivo de los españoles ha sido preservado?", se preguntó.
El candidato conservador recordó que hace unos años a España se la presentaba como "el milagro de Europa" mientras que ahora tiene "un 23% de paro", una tasa netamente superior al dato de Francia, que ronda el 10%.
Sarkozy destacó además las dificultades de nuestro país en materia de déficit público, pues "había prometido 6% de déficit y está al 8", destacó el conservador, quien también se refirió al desempleo de Italia o Reino Unido.
Respecto a sus opciones de victoria en la segunda vuelta, en la que todas las encuestas le dan como perdedor frente a Hollande, Sarkozy recordó que los sondeos también apuntaban que "habría una abstención récord" y si embargo fue baja, a la altura del 20,53%.
"Hay que luchar. Miro esta segunda vuelta con confianza", lanzó el presidente saliente, que rechazó valorar cómo quedaría su partido político por dentro en caso de victoria socialista.