Decenas de militares con guarnición en un cuartel situado a 15 kilómetros de Bamako, la capital del país, han tomado la sede de la televisión de Mali y las principales arterias de la ciudad tras negarse a ser movilizados para combatir contra los independentistas tuareg que se levantaron en armas en el norte del país. Los militares, que hicieron disparos al aire, han pedido a la población que regrese a sus casas y han asegurado que no tienen ningún problema con los civiles.
La televisión estatal y la radio han dejado de emitir tras la irrupción de los uniformados, que han expulsado a la mayoría de los trabajadores y han dispuesto piezas de artillería en las instalaciones. Tres horas después del despliegue, los militares amotinados en la capital cesaron los disparos al aire y apenabas circulaban coches por las calles, como constató EFE.
Hasta el momento no ha habido ninguna reacción oficial pública ni por parte de las autoridades ni por parte de los amotinados, mientras que las restantes unidades permanecen acuarteladas y no se han registrado enfrentamientos.
Al parecer, todo comenzó la mañana de este miércoles en el cuartel de Kati, ubicado a 15 kilómetros de la capital, después de que el ministro de Defensa de Mali, Sadio Gassama, ofreció un discurso sobre la situación en el norte del país, informaron a EFE fuentes de seguridad.
Los militares, en su mayoría jóvenes, se amotinaron, irrumpieron en el arsenal, tomaron las armas y comenzaron a disparar al aire, aún en presencia del ministro, que se vio forzado a abandonar el acuartelamiento, en tanto que los amotinados emprendían la marcha hacia Bamako. "Los familiares de los militares se niegan a que sus parientes sean enviados al frente", dijo a EFE un oficial del Ejército.
Estos sucesos, que no son los primeros que tienen lugar como consecuencia del rechazo de los militares a ser movilizados, se producen en un momento muy difícil para el Gobierno de Mali, debido al conflicto armado en la mitad norte del país.
El grupo independentista tuareg Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA) protagonizó el pasado 17 de enero una rebelión armada para exigir la autodeterminación del norte del país. Desde entonces, decenas de personas han muerto, aunque no existen cifras oficiales, y casi 200.000 se han visto obligadas a abandonar sus hogares buscando refugio en otras partes del país o en los estados vecinos.
Mali, que tiene previsto celebrar elecciones presidenciales el próximo abril, sufre además una grave crisis alimentaria que amenaza a gran parte de la población.
Militares amotinados intentan controlar la capital de Mali
Ni el Gobierno ni los militares sublevados han hecho ningún tipo de declaración oficial.
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