El también gobernador del estado de Miranda cree que todo el procedimiento que ha llevado a Hugo Chávez a Cuba para seguir su tratamiento contra el cáncer que padece es un mensaje terrible a los ciudadanos comunes ya que prefiere salir del país antes que confiar en los médicos de su país, a quienes acude la enorme mayoría de la población venezolana.
Hace pocos días, Henrique Capriles Radonski se preguntó en un discurso de campaña: "Imagínese usted el mensaje que da quien es el líder de un país al decir que en su tierra no se puede atender su caso de salud, sino que tiene que irse a otro país. ¿Es que acaso en Venezuela no podemos atender el cáncer? Esa es una reflexión que uno tiene que tener".
Además, el candidato de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) agregó: "Él dice que tiene que ser operado en el extranjero debido a que las condiciones no están dadas para que sea tratado en su propio país. ¿Qué significa esto para los ciudadanos comunes que tienen cáncer?". "Es un mensaje muy negativo", sentenció. Capriles dijo que si estuviera en la posición de Chávez "me quedaría en Venezuela. Yo no gobernaría desde otro país".
Problemas del "casa a casa"
Carriles sigue su campaña para preparar las elecciones de octubre y lo hace con una gira "casa por casa" para tratar de "enamorar" algunas de las áreas chavistas. Sin embargo, no siempre su camino es fácil sobre todo ante la ofensiva de algunos grupos de camisas rojas chavistas.
En una casa, el líder de la oposición fue abordado por una docena de mujeres que a través de una cerca gritaban consignas a favor de Chávez. Capriles rió, les dio la mano e incluso les lanzó un beso para bajar la tensión. En otro punto, un simpatizante socialista le cerró la puerta y se negó a hablar con él. Otro exigió a los ayudantes de Capriles que abandonaran su propiedad y los llamó "sifrinos", como se le denomina en Venezuela a la gente adinerada.