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Las amistades peligrosas de Marine Le Pen

La candidata francesa acudió a un baile de gala con nostálgicos del Tercer Reich.

La candidata francesa acudió a un baile de gala con nostálgicos del Tercer Reich.

Marine Le Pen vuelve al ojo del huracán. La candidata del Frente Nacional a la presidencia ha generado una agria polémica en Francia tras su visita a Viena a finales del mes de enero. Acudió a la capital austríaca invitada por el líder del partido de ultraderecha FPÖ, Heinz-Christian Strache. Además de a otros actos, Le Pen acudió a uno de los bailes que por esta época se celebran en el país, y que son todo un acontecimiento. En ellos, diversas entidades celebran estas galas para rememorar la tradición del Imperio Austrohúngaro de los Habsburgo. Existen muchos: el baile de la Ópera, el Blumenball, el Kaiserball y el baile de la Filarmónica.

Pero la candidata francesa no acudió a cualquier baile. Acudió al único que prohíbe la entrada a judíos y periodistas, y que suscita cada año encendidas protestas de organizaciones contra el racismo: el Burschenschaften. Lo organizan en el salón Hofburg varias cofradías de estudiantes –Aldania, Vandalia, Gothia, Silesia- fundadas en el siglo XIX, y que son abiertamente nostálgicas del Tercer Reich. Exhiben actitudes antisemitas, en algunas ocasiones cercanas al nazismo, lo que les mantiene bajo continua investigación en el país; especialmente a los miembros de una de ellas, llamada Olympia. En otra de ellas, Innsbruck, cuentan entre sus miembros célebres con Irmfried Eberl, que fue comandante en el campo de exterminio de Treblinka.

Las simpatías racistas de esta cofradía hicieron dar marcha atrás a la Unesco, que inició los trámites para declarar los "bailes vieneses" patrimonio inmaterial de la Humanidad. Ello despertó la indignación de muchos sectores austríacos, y varias personalidades, como la premio Nobel Elfriede Jelinek, llamaron la atención sobre el hecho de que la Unesco había incluido el Burschenschaften entre otros diecisiete bailes vieneses. Finalmente, se dio marcha atrás, y la Unesco retiró el listado al comprobar sus "simpatías neonazis". Por otro lado, las autoridades austríacas han comunicado a los organizadores del Burschenschaften que no volverán a alquilarles el Palacio Imperial para llevar a cabo su celebración.

A pesar de todo esto, Marine Le Pen acudió a la llamada hecha por Strache, y asistió al baile como invitada de honor, lo que podría acabar pasándole factura electoralmente en Francia. La candidata es la tercera en la batalla por la presidencia, y los sondeos le otorgan en torno a un 17% de los votos, que podría rebajarse sustancialmente tras el estallido de esta polémica.

Hasta el momento, sólo su padre se ha pronunciado al respecto. Jean Marie Le Pen defendió el baile, que calificó como un "magnífico acontecimiento que reconstruye la Viena del siglo XIX. Es Strauss sin Kahn, por así decirlo".

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