Pues quizás no sería mala idea acolchar nuestras importaciones con unos aranceles especiales para algunos de esos países emergentes que revientan los mercados con mano de obra más que barata -o casi esclava, según la opinión de muchos-.
Si esto hubiese pasado en España ya habría miles de patéticos listillos antipatriotas diciendo: “estas cosas sólo pasan en España”.
Occidente está cabreado y sus líderes miran para otra parte... son las consecuencias de la globalización.
Occidente pierde inversión y trabajo porque el capital( cuyos propietarios son compatriotas) se marcha a los emergentes, es así de simple.