Durante las últimas semanas, la actividad del presidente venezolano ha sido casi frenética. Hugo Chávez está inmerso en varias polémicas que lo mantienen en la cresta de la ola mediática, por lo que ha multiplicado sus apariciones en medios de comunicación para exponer su postura y lanzar sus proclamas. Sólo en la última semana, el venezolano ha sido entrevistado en Caracol Radio y en el canal Televen, donde ha hablado sobre el cierre del consulado en Miami, en una controversia relacionada con la escalada de tensión entre Irán y EEUU en el estrecho de Ormuz.
Este aumento de la presencia de Chávez en los medios y de sus apariciones públicas ha alentado las expectativas más optimistas sobre el desarrollo de su enfermedad, un cáncer de próstata detectado hace ahora un año. Pero nada más lejos de la realidad. Desde que se hiciera pública la enfermedad del caudillo, el hermetismo ha sido la nota dominante en la información sobre su estado de salud. Mientras el régimen venezolano se afanaba en proyectar la imagen de un Chávez cada vez más sano que experimentaba una mejoría progresiva, los informes oficiosos hablaban de lo contrario.
Ya durante el verano de 2011 fue uno de sus médicos, el cirujano Salvador Navarrete Aulestia, quien explicó los pormenores de su diagnóstico a la publicación M Semanal, cuando fue apartado del grupo médico que trataba al tirano, que escogió a profesionales cubanos ante la desconfianza que le generaban sus compatriotas. Salvador Navarrete dijo entonces que la esperanza de vida de Hugo Chávez era, como mucho, de dos años.
La gravedad de su estado era mucho peor de lo que se hacía público: "La información que yo tengo de la familia es que él tiene un sarcoma, un tumor muy agresivo de muy mal pronóstico y estoy casi seguro que esa es la realidad. Por eso le están aplicando una quimioterapia tan agresiva, porque si fuera un cáncer de próstata, le pones hormonas y ya, ni te das cuenta que está tomando tratamiento", aseguró entonces. Este doctor no tardó mucho en sufrir las represalias del régimen por haber revelado esta información que desde el Palacio de Miraflores se trataba de esconder: sufrió amenazas de todo tipo, en una campaña de acoso que provocó su desaparición del foco mediático.
Pero los testimonios en esta línea no dejaban de aparecer. También el diario estadounidense The Wall Street Journal publicó informes que iban en este sentido, que habían elaborado los servicios de inteligencia europeos y estadounidenses. El cáncer de Chávez se había extendido, y afectaba a la próstata y al colon. Su expectativa de vida no era muy alta, pero el régimen optaba por esconder esta información, para evitar el impacto que provocaría en los comicios que Venezuela celebrará este mismo año.
Ahora, es el diario ABC quien ha tenido acceso a nuevos informes médicos que confirmarían la extrema gravedad del caudillo bolivariano.
Según se relata en estos documentos médicos, a Hugo Chávez le quedarían entre nueve y doce meses de vida, lo que podría suponer su fallecimiento antes de las elecciones del 7 de Octubre. El 30 de diciembre los médicos aseguraron que "su salud parece estar deteriorándose a paso más rápido; claramente ha habido metástasis en los huesos y la espina dorsal". El cáncer seguía extendiéndose, y ya había alcanzado al colon: se había hallado "un nuevo cultivo cancerígeno de aproximadamente 2 x 1,5 milímetros en el segmento superior del colon", se detalla.
El informe más reciente, con fecha 12 de enero, explica la profusa presencia de Chávez en medios de comunicación y apariciones públicas: el mandatario "recibió en el último mes un incremento de dosis de calmantes y estimulantes", lo que le permitiría estas apariciones.
Además, se detalla que la actitud del mandatario no estaría ayudando a su recuperación. Según asegura el diario, la "desobediencia" de Chávez estaría restándole tiempo de vida, dado que no acepta someterse a un tratamiento más agresivo que prolongaría su supervivencia, pero le imposibilitaría las apariciones públicas.