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El capitán negó el naufragio: "El barco flota"

Schettino continúa en la picota por su actuación a bordo del Costa Concordia. 

 

La actuación del capitán del Costa Concordia antes, durante y tras el trágico accidente del crucero sigue estando en entredicho. Francesco Schettino, además de negar que abandonara voluntariamente el buque en el momento más crítico, defiende que actuó con diligencia y "sin cobardía". No obstante, continúa en la picota por su actuación, y la mayor parte de la prensa italiana revela cada día nuevos datos que ponen en cuestión sus palabras. La juez que instruye el caso que investiga el naufragio tampoco parece dar crédito a las palabras de Schettino.

Quienes sí creen su versión, además de su acompañante moldava, son sus familiares y amigos. Il Messagero ha recabado multitud de testimonios de sus allegados: un párroco, sus vecinos, ex compañeros de trabajo, amigos... Todos coinciden en que se está produciendo un "linchamiento" con el italiano, algo profundamente injusto porque él es un "verdadero héroe". "Ya ha habido muchos muertos, qué es lo que queremos ¿otro muerto más?" se pregunta el párroco.

En primer lugar, destaca la revelación de las conversaciones que mantuvo Schettino en la noche del siniestro. En ellas, publicadas por medios italianos, se evidencia que el capitán no daba crédito a los datos que le daban desde tierra, y que confirmaban que el buque se iba a pique. A las 22.45 del día de autos, la Capitanía le pedía ya a Schettino que desalojara, porque el naufragio era inevitable. Mientras los pasajeros sacaban por sus propios medios los botes salvavidas, el capitán contesta a la Capitanía en una conversación telefónica que: "el barco flota" y que aún "navegamos", pidiéndole que le dejen llegar hasta la costa y echar el ancla, según recoge Il Messagero y Corriere della Sera. Sólo diez minutos después, comenzaba la evacuación de los pasajeros.

El juicio: "Se quedó mirando cómo se hundía"

La jueza instructora Valeria Montesarchio, en la orden de arresto domiciliario de Schettino asegura que el capitán "se quedó en Giglio mirando cómo se hundía el barco, que había abandonado antes de que concluyera la evacuación de la misma".

Una conclusión basada en los testimonios que han sido recogidos en el marco de la investigación en curso por el accidente marítimo y en la que considera, asimismo, que existen "graves indicios" de los tres delitos de los que la Fiscalía acusa a Schettino, el de abandono de la nave, homicidio culposo múltiple y naufragio.

Sin embargo, en la orden la jueza establece que no hay indicios sobre un intento de fuga ni de contaminación de pruebas por parte del capitán, como sostienen los fiscales, y por ello dicta el arresto domiciliario y desestima la petición del fiscal Francesco Verusio, que pedía prisión cautelar.

La magistrada cree que "de todas las investigaciones realizadas tras el accidente marítimo resulta la conducta culposa atribuida al comandante, quien mediante una maniobra gravemente imprudente acercó la nave excesivamente a la costa de la isla del Giglio, con un cambio de la ruta ordinaria" prevista. A este respecto, señala que el capitán admitió durante el interrogatorio al que se sometió ayer en la sede del Tribunal de Grosseto, "el acercamiento (de la nave) a 0,28 millas de distancia de la costa".

"Es evidente e indiscutible la grave evidencia e incompetencia que ha conllevado la conducta del capitán" señala el documento emitido por la jueza, que agrega que existió una "infravaloración" de la magnitud del daño que había sufrido el barco tras colisionar con la formación rocosa.

Montesarchio señala que el capitán "no pudo no darse cuenta de la importancia del daño" y hace hincapié en que se tardó entre 30 y 40 minutos en dar la señal de alarma, sin que antes se hubiera advertido a las autoridades costeras para dar a entender la gravedad de la situación.

Sobre el abandono de la nave por parte de Schettino, un aspecto que ha levantado la polémica en Italia, la jueza indica que el capitán dejó el buque cuando a bordo del mismo permanecían "al menos un centenar de personas". La jueza explica además que Schettino testimonió que el abandono del barco no fue "voluntario", sino que, por las condiciones en las que se encontraba, era "necesario", aunque la juez destaca cómo otros oficiales sí permanecieron a bordo de la nave para coordinar los trabajos de evacuación.

"Aunque fuera verdad lo mantenido sobre la necesidad objetiva del desembarco (suyo) no hubo ningún intento de volver a las proximidades de la nave por parte del capitán en las fases inmediatamente posteriores al abandono del 'Costa Concordia', como mantiene la Fiscalía", afirma la jueza

 

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