El hermetismo que rodea al régimen brutal de Corea del Norte permite conocer muy poco de lo que trasciende permite conocer la tiranía de esta dictadura comunista con su población. Los que no mueren de hambre no saben lo que es la libertad. Y el poder vivir la fe es una quimera. De hecho, el cristianismo ha sido prácticamente aniquilado.
La religión y todo lo que representa es incluso motivo para iniciar un ataque bélico contra sus vecinos del sur. Así lo ha informado la agencia vaticana Fides, que asegura que el régimen de Pyongyang ha amenazado a Corea del Sur con un ataque por una provocación. Ésta consiste en que los ciudadanos del sur han adornado la zona fronteriza con luces y árboles de Navidad.
Corea del Norte asegura que "es una provocación" y una "guerra psicológica" que puede tener como consecuencia un "mar de fuego" hacia Corea del Sur ante la decoración navideña colocada en Aegibong, a tres kilómetros de la frontera y donde se sitúan las tropas surcoreanas desplegadas en esta zona de máxima tensión.
Por su parte, desde el Sur aseguran a esta agencia pontificia que "las autoridades del norte temen la influencia cultural del sur sobre la población del norte, que no podrá celebrar las fiestas de Navidad por estar estrictamente prohibido en el norte". Sin embargo, no se han achantado ante las amenazas de Pyongyang y colocarán decoraciones navideñas similares y fácilmente visibles desde el norte en otros lugares a lo largo de la frontera.
Mientras tanto, el régimen comunista ha colocado en la capital propaganda bien visible en la que ya justifica un posible ataque al sur debido a las provocaciones por esta decoración que celebra el nacimiento de Jesucristo para los cristianos.
Cómo sortear a la dictadura
Durante estas últimas semanas se han conocido las maniobras que deben realizar las distintas organizaciones cristianas y de derechos humanos para que sus hermanos norcoreanos puedan seguir viviendo la fe.
De hecho, un grupo estadounidense introdujo en el país un total de 10.000 biblias en globos. Cargados en cajas de 1.000 ejemplares, éstos irían explotando en intervalos de tiempo hasta que llegaran a tierra firme evitando así el férreo control del régimen comunista.
La situación de los cristianos en el norte
Por principio, Corea del Norte niega la libertad religiosa y la presencia de las distintas confesiones cristianas en el país es casi testimonial y se podría asegurar que el cristianismo prácticamente ha desaparecido. En los campos de concentración en los que se hacinan decenas de miles de personas los confinados por motivos religiosos son identificados como tales para recibir un trato aún peor.
Asi lo refleja el informe anual de libertad religiosa en el mundo realizado por Ayuda a la Iglesia Necesitada. El régimen se opone con fuerza a toda actividad religiosa, especialmente la de los protestantes, a los que asocian con EEUU. Por su parte, los católicos norcoreanos prácticamente han desaparecido sin dejar huella, sobre todo los obispos, de los que niegan informar sobre su paradero desde hace décadas.
El destino de los obispos de Corea del Norte es un reflejo de todo lo que ha ocurrido con la Iglesia de este país. A mediados del siglo XX, el 30 por ciento de la población de la capital era católica. Cuando las tropas comunistas llevaron a cabo su invasión detuvieron a los misioneros y religiosos extranjeros así como a los cristianos coreanos mientras destruían todas las iglesias y monasterios. Los sacerdotes y monjes fueron también condenados a muerte y ejecutados.