Según he leído en noticias anteriores, el movimiento antiminero de Cajamarca ha sido focalizado por el partido comunista y pocos días después, su grupo armado, Sendero Luminoso, solicita negociar para dejar las armas y una amnistía.
La situación es peliaguda para Humala, que se enfrenta a la disyuntiva de sus votantes y la del desarrollo económico del país -amén del impacto medio-ambiental.
Tal vez el nuevo Primer Ministro, tras su labor de empresario y directivo de grupos empresariales, obstente mayor potencial negociador y pueda compaginar desarrollo con una solución que no afecte a los acuiferos. Existe tecnología para ello. Y esto puede desmontar la maniobra de los comunistas, sentando a la mesa a los alcaldes y asociaciones libres de aquéllos.