Los árabes son valientes con el débil y cobardes con el fuerte. Gaddafi hizo las mayores blasfemias contra el Islam (llegó a comparar su libro verde con el Corán) y durante décadas ningún imán chistó, pues sabía que les cortaba el cuello. Sólo cuando era débil, lo sodomizaron y mataron.
Nosotros débiles y dejamos entrar a esa chusma que nos odia y acabará conquistándonos. Los culpables somos nosotros.
Pero siempre hay alguien valiente (alguna excepción), como el semanario Charlie Hebdo