Chávez ha vuelto este jueves a Venezuela tras pasar tres días en Cuba donde se realizó controles por el cáncer que padece y lo ha hecho con una noticia: "Estoy libre de enfermedad, sin embargo, habrá que seguir monitoreando la buena evolución de lo que fue una enfermedad".
El bolivariano ha explicado que la cirugía no ha tenido fuertes impactos en su cuerpo y que tampoco "hubo ningún impacto tóxico que haya afectado el organismo después de las cuatro sesiones de quimioterapia a las que fui sometido, son señales muy positivas, porque otras veces estos impactos se convierten en otros problemas más".
Además, ha aprovechado para convertir su regreso en un acto religioso. Decidió volver a su país a través de La Fría, una localidad en el estado Táchira, fronterizo con Colombia, desde donde se desplazó al santuario del Santo Cristo de La Grita para cumplir una promesa, según dijo, después de dar por superada la primera etapa de su proceso de recuperación. Con su acostumbrado discurso pomposo, dijo que "vine a presentarme al jefe, al comandante de los comandantes, Cristo redentor, yo cristiano, cada día más cristiano, cada día más amante de Cristo".
Después de comentar sobre su salud, recurrió a las palabras de Jesucristo para entrar en la arena política local y cargar contra la oposición, descartando las posibilidades de triunfo de esta en las elecciones presidenciales del 7 de octubre de 2012: "Más fácil será, voy a parafrasear a Cristo, mi señor (...) más fácil será que un burro pase por el ojo de una aguja a que esta oposición le gane a Chávez unas elecciones.
Chávez fue recibido en la iglesia por una orquesta, para posteriormente participar en la ceremonia, oficiada por monseñor Mario Moronta, obispo de San Cristobal (capital de Táchira). El prelado oró por la salud del presidente, que durante unos instantes se apostó frente al santo para rezar en silencio ante la mirada de los asistentes, entre ellos gran parte de su gabinete de Gobierno.