Médicos Sin Fronteras tiene un total de 691 personas trabajando en diversos proyectos en Kenia. Tras una ausencia de varios años, regresaron en 2009 con el objetivo de atender a los miles de refugiados procedentes de la guerra y la sequía en Somalia y que se han multiplicado en los últimos meses. Ha sido allí, en los campos de Dadaab, donde han sido secuestradas las dos trabajadoras de la ONG, que explica en su web que entre las funciones principales en la zona está la gestión de un hospital de 110 camas que recibe unas 10.000 consultas y 600 ingresos al mes.
La organización también distribuye material de refugio, según informa la página web, ayuda para el suministro de agua, y en otros campos trabaja para atender a pacientes tuberculosos e incluir campañas de vacunación.