El socialismo francés afronta este otoño la elección de su líder. Con el futuro de Dominique Strauss-Kahn en el aire, después de que haya quedado libre de culpa, han surgido varios candidatos que se postulan como el dirigente que necesita el PS para arrebatar el poder a Sarkozy.
Entre ellos están Segolène Royal, que ya fracasó en el intento de batir a Sarkozy, Arnaud Montebourg, François Hollande, Martine Aubry y un político joven y poco conocido aún: Manuel Valls.
Su nombre delata su origen: Valls, de 49 años, nació en España, en Barcelona, pero se crió en Francia después de que a finales de los cuarenta sus padres decidieran emigrar. No ha olvidado sus orígenes y dicen de él que sigue hablando español. Alcalde de la localidad francesa de Evry desde 2001, ha decidido participar en la carrera por el liderazgo de su partido. Y este viernes The Economist le señala como la única esperanza de su partido, que sigue sin levantar cabeza.
Valls inauguró su carrera por la presidencia francesa irritando a la cúpula de su partido. Desde que anunciara que pretendía ser candidato, se ha dedicado a denunciar que el PS necesita una renovación urgente si aspira a tocar poder.
Precisamente por estas ideas recibe los elogios del semanario británico. Dice de él que representa una izquierda "refrescante" y "moderna" y citan sus palabras sobre la necesidad de contener el déficit en un partido que todavía recuerda, según el semanario, las trasnochadas ideas de mayo del 68.
La posición de Valls, partidario de que su partido deje atrás su herencia comunista, contrasta con la del resto de contendientes, vilipendiados por The Economist. Cita cómo Royal ha hablado de "prohibir la especulación", cómo Montebourg también apuesta por desterrar la especulación con depósitos de clientes y cómo Hollande y Aubry, considerados los candidatos más izquierdistas, hablan de jubilación a los sesenta y de crear 300.000 empleos en el sector público. Ante esto, el semanario considera a Valls el colmo de la moderación.
Sus posibilidades, sin embargo, son escasas, y así lo señala el semanario, que le ve demasiado joven para convertirse en un aspirante serio entre los "dinosaurios" del PS. De momento, no obstante, gracias al artículo se ha convertido este viernes en el protagonista de la prensa francesa.