Una nueva prueba ha vuelto a poner en entredicho la versión defendida ante el Parlamento británico por el magnate Rupert Murdoch y su hijo James. Una carta escrita por Clive Goodman, el reportero de casa real que pasó cuatro meses en prisión por el caso, habla de la complicidad de la dirección del periódico con las escuchas ilegales.
En su misiva, redactada hace un año, Goodman afirma que en la redacción de News of the World eran muchos los que sabían de este modo de trabajar. Se hablaba de las escuchas ilegales en las reuniones editoriales de los martes hasta que el ex director del periódico entre 2003 y 2007, Andy Coulson, prohibió hacer más referencias a estos asuntos. Goodman también asegura que este método para recabar información de personajes públicos y celebridades británicas era "del todo conocido y apoyado" por los periodistas más veteranos del tabloide.
Clive Goodman, periodista, de 53 años, fue el responsable de la cobertura informativa de la casa real británica para el tabloide. Fue el primer encarcelado por el escándalo de las escuchas. Cumplió en 2007 una condena de cuatro meses de prisión por haber interceptado ilegalmente 478 mensajes en los buzones telefónicos del entorno de la familia real y, con el material así obtenido, publicar después artículos.
El príncipe Guillermo, primogénito de Carlos y Diana, empezó a intuir lo que estaba ocurriendo cuando Goodman escribió en 2005 una información relacionada con una lesión de su rodilla. El pasado 8 de julio la policía volvió a detener a Goodman bajo la acusación de haber corrompido a policías.
Según se recoge en la carta, Coulson, de 43 años, le prometió a Goodman devolverle un puesto de trabajo si no implicaba a más gente del periódico en la investigación de las escuchas ilegales. Coulson, que había negado en repetidas ocasiones todo el conocimiento de esta práctica, fue posteriormente portavoz y principal asesor de Comunicación del partido Conservador y del primer ministro, David Cameron, hasta el pasado enero, cuando presentó su dimisión.