Esta gentuza, igual que los indignados, se cree que se puede salir adelante con todo y hacer lo que a uno le salga del cogombro y que la policía no les toque un pelo.
Y eso no es así, hay unas normas cívicas, unas normas básicas que todos tenemos que respetar, y la ley tiene que ser dura con todo aquel que nos las cumpla sea este negro, blanco, amarillo o violeta.
Si nos saltamos esta máxima y dejamos que delincuencia campe por sus respetos, entonces imperara la ley de la selva y acabaremos igual que México o peor aún, como África, donde nadie puede tratar de hacer una vida porque viene la guerrilla de turno y se la roba o destruye y es por eso que nadie hace nada, el tejido social es inexistente y se acaba en hambrunas como la de Somalia.
Conquistar el grado de bienestar que occidente goza actualmente nos costó mucha sangre, sudor y lagrimas y no podemos permitir que nadie ahora lo destruya impunemente.