El suceso ocurrió en torno a la medianoche pasada en el distrito de Saydabad, situado en la provincia central afgana de Wardak, dijo a Efe el portavoz del gobernador provincial, Shahidulá Shahid.
Según Shahid, que dijo desconocer la causa del suceso, las tropas afganas y de la ISAF participaban en una operación, que acabó con las vidas de ocho talibanes.
"Puede que haya bajas entre los tripulantes y pasajeros del helicóptero, pero no puedo establecer un balance en este momento", dijo a Efe el portavoz; posteriormente los primeros datos hablaban de un recuento de hasta 37 fallecidos y, finalmente el propio presidente afgano, Hamid Karzai, ha dado la cifra de 38 muertos, 31 de los cuales serían militares estadounidenses y los siete restantes miembros del ejercito de Afganistán.
En un comunicado, la misión de la OTAN dijo estar llevando a cabo tareas de recuperación del aparato, y analizando las "causas del suceso". "Nuestra información indica que había actividad del enemigo en la zona", precisó la organización militar en su escueta nota, en la que no hizo referencia a posibles bajas.
Un portavoz talibán, Zabiulá Muyahid, declaró a la agencia afgana AIP que el aparato fue derribado por sus milicias con un proyectil, y que al menos 38 soldados extranjeros iban a bordo, aunque los insurgentes suelen exagerar el alcance real de sus acciones.
En Afganistán hay desplegados unos 133.000 soldados extranjeros, que han iniciado un proceso de retirada. En el último año han sido varios los helicópteros accidentados en el este afgano, y los talibanes suelen atribuirse esas acciones, aunque es imposible verificarlas de manera independiente.