Paul Stephenson, comisario jefe de Scotland Yard, anunció este domingo su dimisión después de haber sido relacionado con un detenido por el caso de las escuchas ilegales y sobornos del tabloide News of the World, informa Efe.
"He tomado esta decisión como consecuencia de las especulaciones y acusaciones sobre las relaciones de la Policía Metropolitana con News International al más alto nivel y, en concreto, por la relación con Neil Wallis, quien, como ya saben, fue detenido la semana pasada en el marco de la operación Weeting", ha explicado Stephenson en rueda de prensa.
Stephenson había sido criticado esta semana por haber mantenido hasta septiembre de 2010 como consultor en la Policía Metropolitana de Londres a Neil Wallis, exsubdirector del tabloide sensacionalista, detenido esta semana por el escándalo de los pinchazos telefónicos.
Wallis trabajó como asesor para Stephenson justo en el período en el que la Policía Metropolitana decidió que no se debía investigar los pinchazos.
Recientemente trascendió que Stephenson pasó una temporada en un balneario de spa en el que Wallis era jefe de relaciones públicas. La estancia está valorada en 12.000 libras, pero hasta ahora Stephenson había mantenido que aceptó el regalo por su amistad con el director del centro y que ni siquiera sabía que Wallis trabajaba allí.
Este lunes lunes, la ministra británica del Interior, Theresa May, tenía previsto hacer una declaración en la Cámara de los Comunes para expresar su "preocupación" por las relaciones a alto nivel entre Scotland Yard con periodistas del News of the World, cerrado hace una semana por el magnate Rupert Murdoch.
La Policía británica está siendo muy presionada porque, además de cerrar la investigación de las escuchas ilegales en 2007 con la mera detención de dos personas, algunos agentes aceptaron durante años sobornos del tabloide a cambio de información.
La inesperada renuncia de Stephenson, aceptada por el alcalde de Londres, Boris Johnson, se produce el mismo día que fue detenida Rebekah Brooks, exconsejera delegada de News International, la empresa de Murdoch en el Reino Unido, por supuesta relación con los sobornos y escuchas ilegales de ese tabloide.