En un contacto telefónico con el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV), Chávez señaló que estaba "en una segunda etapa de la enfermedad, de una evaluación órgano por órgano y otros factores" y admitió por primera vez el tratamiento que podría recibir pese a que hace sólo algunos días algunos allegados a él lo negaron: "La tercera etapa de mi recuperación podría contemplar la radioterapia o la quimioterapia para atacar con caballería esto".
Además, con la intención de atajar los rumores surgidos a raíz del silencio y del secretismo de su enfermedad, dijo que "no tengo el colon ni el estómago picado en cuatro pedazos, nada de eso". Quiso terminar su intervención con sus acostumbrados ataques: "Viva la vida. Lucharemos contra todos los tipos de cáncer, los que produce el capitalismo".
Recibe la unción de los enfermos
Este martes, y en un gesto que muchos han interpretado como un intento de acercarse a la Iglesia Católica que tanto criticó en el pasado, Hugo Chávez asistió a una misa religiosa oficiada por altos representantes eclesiásticos del país. En el acto, celebrado para pedir por su salud, el bolivariano recibió la "unción de los enfermos" para obtener "fortaleza espiritual". Como suele ocurrir en estos casos donde la propaganda trabaja sin descanso, la ceremonia fue transmitida por la estatal Venezolana de Televisión (VTV).
Monseñor Mario Moronta, quien ofició la misa, dijo que "es la unción de los enfermos, antes se llamaba la extremaunción (...) no hay que asustarse, esto es para que el enfermo tenga fortaleza física, pero sobre todo espiritual, esto requiere una preparación espiritual y se le da a quien ha recibido esa preparación".
Durante el rito, Chávez se acercó al sacerdote quien le untó en la frente "los santos óleos". Moronta pidió a Dios por la "salud espiritual y corporal" que necesita el presidente para que siga en el ejercicio de sus funciones y oró porque "esta situación que ha vivido" el mandatario le sirva "en su proceso de purificación".
Además, Chávez fue llamado a leer la primera lectura de la misa, un salmo del apóstol Santiago: "Me visto de humildad y sale de la profundidad de mi corazón y de mi alma el monaguillo que fui y el monaguillo que en el fondo sigo siendo", dijo antes de iniciar la lectura referida a la necesidad de orar cuando se sufre una enfermedad.