Sin contar toda la gente que se va a ir a la calle. A fin de cuentas, no veo mucha diferencia entre ese tabloide y la multitud de revistas "rosas" que se publican en España...
Una pena que desaparezca esta mítica cabezera, un referente en el antiperiodismo. Amarillo chillón.
Casi todo lo que publicaba era mentira, pero era divertido.