El silencio sobre la salud de Hugo Chávez se mantiene y por ahora eso no ha hecho sino aumentar el caudal de rumores en la prensa mundial y en las redes sociales, muy activas en los últimos días. En Venezuela, el partido gubernamental ha intentado calmar los ánimos mientras que la oposición sigue reclamando claridad en la información.
Desde que fue operado en La Habana el pasado 11 de junio por un supuesto absceso pélvico, sólo lo hemos visto en una foto junto a los dictadores Fidel y Raúl Castro y publicada por el diario oficial Granma. El resto no han sido sino mensajes cortos a través de su cuenta de Twitter @chavezcandanga, algo que para muchos, incluso la oposición, no es suficiente para gobernar un país y ha pedido que Chávez dé un paso al costado de manera temporal y delegue sus funciones al vicepresidente,
El que ha dado en el clavo es el presidente de la Asamblea Nacional. El oficialista Fernando Soto Rojas dijo que si Chávez tuviera cáncer "yo sería el primero que le informaría al país" y señaló que "se está recuperando y lo tendremos aquí Dios gracias el 5 de julio". Esa fecha resulta clave ya que nadie imagina las celebraciones del bicentenario de la independencia de Venezuela sin la presencia de Chávez. En los últimos meses, el bolivariano habló muchas veces sobre ese día y sus preparaciones.
Otro detalle que parece apuntar a cierta gravedad en la salud de Chávez es la palabra de su madre: "Un saludo y la bendición para mi hijo querido, que el poder de Dios bendito me lo sane rápido y me lo traiga". Era la primera vez en que un miembro de su familia directa se pronunciaba acerca de su situación.
Por todo esto, muchos creen que el 5 de julio es la fecha límite. En el caso de que Chávez reaparezca ese día en Caracas para los actos de celebración del bicentenario, el ambiente político se calmaría sin duda pese a que la oposición seguiría exigiendo datos certeros. Si el presidente no se presenta en Venezuela, la incertidumbre llegará a tal punto que el país se haría ingobernable y el oficialismo tendría muchas dificultades en controlar tanto a la oposición en el Congreso como la oposición civil.