Los cuatro cazas F18 que el Gobierno español tiene destinados en labores de patrullas aéreas en la guerra de Libia, cuya misión es la de destruir cualquier aeronave del régimen de Gadafi que despegue del suelo, no modificarán sus tareas. Es decir, no participarán en ataques contra objetivos estratégicos del ejército del dictador libio, tal y como vienen haciendo desde el pasado mes de marzo los cazas de otros países como Estados Unidos, Reino Unido o Francia.
Así se lo trasmitió el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, durante el encuentro que ambos mantuvieron este jueves en el Palacio de la Moncloa, en el que también estuvo presente la ministra de Defensa.
El mandatario español se mantuvo en la misma línea en la que se estaba expresando en estos días la propia Carmen Chacón, e informó al máximo responsable de la Alianza Atlántica que España apoyará las operaciones militares contra el régimen de Gadafi "hasta el fin de las mismas", aunque sin variar "el formato actual".
En las últimas semanas, varias personalidades norteamericanas habían solicitado que nuestro país diese un paso adelante en su implicación en el conflicto bélico libio. El primero en hacerlo, durante la reunión de la OTAN que modificó la pasada semana la estructura de mando de la coalición, fue el secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, quien pidió un esfuerzo similar a otros dos países: Turquía y Países Bajos.
La misma petición se escuchó esta misma semana en Toledo, durante el transcurso del XXIII Seminario Internacional de Seguridad y Defensa, organizado por la Asociación de Periodistas Europeos. Allí, el ministro consejero y portavoz de la Embajada de Estados Unidos en España, Arnold A. Chacón, criticó y tildó de inaceptable que haya unos países que participen en las misiones fáciles, las de contenido humanitario, mientras otros realizan "la parte dura de las misiones de combate".
Además de la guerra en Libia, en el encuentro se trataron otros dos temas: la presencia aliada en Afganistán, en la que España se comprometió a mantener su fuerza actual, y la reciente reforma de la OTAN, en la que se consiguió mantener una representación en los órganos de gobierno acorde con la aportación económica que se realiza.
Precisamente, poco antes de este encuentro en el Palacio de La Moncloa, durante la inauguración de un seminario sobre defensa y seguridad en el Senado, el secretario general de la Alianza Atlántica hizo una valoración sobre la reforma de la estructura de mando. En la misma, dijo que España debería estar "orgullosa" por acoger el nuevo centro aéreo de la OTAN, pero no hizo alusión alguna al cierre del Cuartel General de Retamares (Pozuelo de Alarcón) ni a su contribución a la organización supranacional durante los 12 años que ha estado en activo.