La Casa Blanca ha condenado al gobierno sirio por su "uso indignante" de la violencia contra los manifestantes y ha expresado el respaldo de Estados Unidos a una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU en ese mismo sentido.
En un comunicado difundido después de la muerte el viernes de al menos 23 manifestantes en la localidad de Yisr al Shurgur, en el noroeste de Siria, el portavoz del presidente Barack Obama, Jay Carney, exige "el fin inmediato a la brutalidad y la violencia".
"El gobierno sirio lleva el país por un camino peligroso", afirma el comunicado, que señala que "las fuerzas de seguridad sirias continúan tiroteando, asaltando y deteniendo a manifestantes, mientras que los presos políticos siguen encarcelados".
"Es este tipo de violencia horrorosa que motiva a Estados Unidos a respaldar una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condene las acciones del gobierno sirio y reclame un alto inmediato a la violencia y al abuso de los derechos humanos básicos", agrega el comunicado del portavoz de Obama.
En el Consejo de Seguridad se siguen negociando sobre el proyecto de resolución presentado por los países de la Unión Europea (UE) para condenar la represión del régimen de Siria.
El proyecto de resolución ha sido mal recibido por parte de Rusia y China, miembros permanentes del Consejo y con poder de veto, así como por la India, Brasil y Sudáfrica, miembros temporales.
4.000 sirios en Turquía
Más de 4.000 sirios, la mayoría mujeres, niños y ancianos, han cruzado ya la frontera con Turquía huyendo de la brutal operación de represión que el Ejército sirio en Yisr al Shugur.
El ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, indicó que la última cifra oficial de refugiados es de 3.893 y que "el 90 por ciento de ellos son niños, mujeres y ancianos".
Sin embargo, el canal de televisión NTV ha indicado que el número de personas que han cruzado la frontera podría ser de 5.000, ya que muchos no han sido registrados como refugiados al haber sido alojados por parientes en Turquía.
Davutoglu ha creado un gabinete de coordinación de la crisis para seguir el desarrollo de los acontecimientos en la frontera, ante la posibilidad de que se produzca una llegada de refugiados aún mayor.
Turquía ha establecido ya una red de campamentos de tiendas de campaña con capacidad para albergar a hasta 10.000 personas. Hasta el momento, unos 100 sirios han sido atendidos en hospitales y de ellos unos 60 siguen ingresados. Una persona ha fallecido en el hospital estatal de la provincia fronteriza de Hatay.
Por su parte, el primer ministro turco, tradicional aliado del presidente sirio Bachar al Asad, ha endurecido su discurso y ha calificado de "brutalidad" la represión contra la población civil en Siria.
Además, aseguró que volverá a hablar con al Asad tras las elecciones generales que Turquía celebra mañana domingo.
El doctor Veysel Ayhan, un experto del Centro del Estudios Estratégicos de Oriente Medio, ha declarado a la agencia de noticias Anadolu, que Turquía debe prepararse para la llegada masiva de refugiados, tanto en el caso de que el régimen de Asad se mantenga o de que sea derrocado.