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Asma Al Asad: la mujer del dictador sirio que lucha por los derechos humanos

Adorada por las revistas de moda, inteligente y astuta. Luchadora por los derechos humanos y...esposa de dictador.

Cosmopolita, glamourosa, joven. Comprometida con los derechos humanos, y coordinadora de su propia ONG. Asma Al-Asad tiene un currículo académico sobresaliente: grados en Economía, Matemáticas, informática; graduados en el prestigioso King’s College... Y, además, es la primera Dama siria, esposa del dictador Bashar Al Asad.

Pero, recientemente no ha sido ni su look occidental ni su atino a la hora de escoger modelito lo que la ha lanzado a la primera línea de la actualidad. La brutal represión a la que está sometiendo su marido a la población siria, ha puesto a Asad en el ojo del huracán, arrastrándola también a ella. A ello ha contribuido, en buena parte el pasado número de la revista Vogue, publicado en los kioskos mientras los tanques cargaban contra los manifestantes sirios que salían a las calles clamando por más libertad.

No fueron las fotografías edulcoradas de Asma lo que causó indignación general. Lo que crispó los ánimos fueron afirmaciones que contenía el texto, un lavado de cara a un régimen profundamente opresor "el esposo de Asma fue elegido presidente de Siria en el año 2000, tras la muerte de su padre, Hafed al Asad, con un asombroso 97%" rezaba el texto. Con un partido único y un candidato único donde escoger, quizás no resulte tan sorpresivo. Tampoco rezumaban precisión sus astutos dictámenes políticos en los que calificaba a Siria como "el país más seguro" de Oriente Próximo, dando un sonoro bofetón a los informes que desde hace años alertan del preocupante aumento de violencia política y constante violación de los derechos humanos.

De poco sirvieron las excusas de la revista, que se escudó en que el reportaje estaba cerrado mucho tiempo antes de que al pueblo sirio se le despertasen las ganas de libertad, y al ‘asombroso’ líder los instintos de reprimir. Vogue retiró de su web el reportaje y emitió una nota pidiendo disculpas por el reportaje que tituló la "Rosa del Desierto". 

Al Asad, una de las María Antonietas de Oriente Próximo

Esta joven de 35 años nació en Londres, en una familia de clase media de origen sirio. Del mismo modo que su educación, también su trayectoria laboral se desarrolló en entornos netamente occidentales: trabajó para JP Morgan en Nueva York y para Deutsche Bank. Hasta que contrajo matrimonio con Bassar Al-Asad hace diez años, y pasó a formar parte de esas primeras damas árabes que gozan de la adulación occidental.

No sólo Vogue ha cometido el error de comprar el contenido por el atractivo continente de Asma. Otros medios, como The Hufftington Post, se han deshecho en halagos hacia esta dama distante y con fama de astuta, por su profundo "aperturismo"... y sus sandalias Louboutin. Elle la nombró la mujer "con más estilo de la política mundial" y hasta hace bien poco, le dedicaban sonrientes el apelativo de la "princesa árabe del pueblo". 

Pero llegó la llamada ‘Primavera árabe’, y los que fueran mandatarios árabes con tintes un poco autoritarios, se convirtieron en dictadores ipso-facto. Y arrastraron a sus esposas a su misma desgracia. Ya no gustaban sus modelos, sus premios internacionales, ni su cuidado aspecto a la occidental. Dejaron de ser las caras amables de las satrapías. 

Algunas, como la del egipcio Mubarak, optaron por refugiarse en alguna de sus mansiones en el extranjero (Reino Unido, concretamente), a pocos días del derrocamiento de su marido. Todo indica que ahora Asma Al-Asad también habría partido hacia la capital británica, donde estaría oculta junto a sus hijos, bajo el más absoluto secretismo, informa The Telegraph. Quizás ahora, la bella Asma, vuelva a llamarse Emma, el nombre que tuvo antes de convertirse en esposa de dictador. 

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