Nunca se conocerá el nombre del soldado que acabó con la vida de Ben Laden. Pero, para que llegase ese momento cumbre en el que se derribó al "Gerónimo", hubo mucho trabajo detrás, capitaneado por un hombre, que fue el cerebro de toda la operación: el vicealmirante William H-McRaven. Aunque la búsqueda del terrorista fue diseñada por la CIA, cuando Obama autorizó el asalto a la mansión de Ben Laden, el director de la CIA, Leon Panetta, delegó en McRaven. Había estado preparándose para este momento toda su carrera.
Según se recoge en un completo perfil que publica The Washington Post, se trata de un auténtico cerebro, y un hombre muy respetado dentro de la institución castrense norteamericana. El éxito de sus operaciones, se basa en la aplicación de seis requisitos clave: la sorpresa, la velocidad, seguridad, simplicidad, el propósito y la repetición.
Su llegada a la Casa Blanca coincide con el atentado del 11 de Septiembre, donde fue asignado como Capitán de la Marina, pero su carrera laboral siempre ha estado ligado a operaciones de lucha contra el terrorismo.
Como jefe del Comando de Operaciones Especiales Conjuntas, el almirante ha supervisado multitud de persecuciones a líderes talibanes en Afganistán y figuras de Al Qaeda. Un dato que llama mucho la atención es que a pesar de sus 55 años, y sus tres estrellas, en ocasiones acompaña a sus equipos a las misiones de manera activa.
No cabe duda de la valía profesional de McRavens, del que WSJ sólo es capaz de recabar testimonios positivos sobre su trabajo. Los que le conocen dicen que no es el típico "gritón" sino que representa más una versión "moderna del SEAL después de la era de Vietnam. Un hombre tranquilo, humilde, inteligente".
Curiosamente, McRaven se graduó en periodismo en la Universidad de Texas en Austin, aunque luego no se dedicó profesionalmente a ello.