Según publica el Corriere della Sera, la reliquia que será consagrada a la devoción de los fieles durante la beatificación de Juan Pablo II, 1 de mayo, es una muestra de sangre que le fue extraida al Papa en previsión de una transfusión. La muestra fue conservada a lo largo de los años en el Hospital Infantil Hermanas de Jesús.
La sangre está en forma líquida porque, al parecer, el recipiente donde fue depositada contenía pequeños restos de un anticoagulante. Así lo ha explicado la oficina de prensa del Vaticano a través de un comunicado.