L D (EFE) El borrador presentado por el embajador británico ante la ONU, Emyr Jones Parry, a los 15 miembros del Consejo de Seguridad, y apoyado por Bulgaria, pretende poner fin al embargo aéreo y de armas contra ese país tras el ataque contra un avión de la Pan Am en 1988.
Pero Francia –miembro permanente del Consejo– amenaza con usar su poder de veto para bloquear el levantamiento de las sanciones al considerar que es injusta la indemnización recibida por un ataque contra un avión francés en 1989, por el que los tribunales franceses condenaron a seis libios. El gobierno francés quiere mejorar las indemnizaciones ofrecidas a las 170 víctimas del avión de pasajeros de la compañía UTA, que cubría la ruta Brazzaville-París y que fue víctima de un atentado cuando sobrevolaba el desierto de Tenere (Níger). Un tribunal francés dictaminó en 1999 el pago de 36 millones de dólares como indemnización a las víctimas del avión, 65 de ellas francesas.
Fuentes del Consejo subrayaron, no obstante, que es poco probable que Francia utilice el derecho por el riesgo de un nuevo enfrentamiento con EEUU y Gran Bretaña, que quieren que las sanciones se levanten rápidamente. El levantamiento formal de las sanciones no tendrá, sin embargo, un efecto práctico en Libia, puesto que ya fueron suspendidas en 1999, después de la colaboración de Trípoli con la justicia sobre la entrega de dos agentes de sus servicios secretos sospechosos de cometer el atentado de la Pan Am.
Libia se responsabilizó la semana pasada, a través de una carta al Consejo, del derribo del "Jumbo" de la Pan Am en la localidad escocesa de Lockerbie, en el que murieron 270 personas, y se comprometió a renunciar al terrorismo y a cooperar en la lucha para erradicarlo. Londres y Washington respondieron con una misiva conjunta al Consejo en la que confirmaron que Libia ha cumplido con todas las condiciones requeridas por la ONU para que le sean levantadas las sanciones. Según la carta, "los gobiernos de EEUU y Gran Bretaña están preparados para permitir el levantamiento de las medidas impuestas contra Libia en las resoluciones 748 y 883 del Consejo de Seguridad cuando la suma acordada sea transferida a una cuenta fiduciaria".
Estas sanciones se remontan a marzo de 1992, cuando la negativa de Trípoli a colaborar con los investigadores para identificar a los autores del ataque de Lockerbie llevó a la adopción de la resolución 748, que establecía un embargo aéreo y de armas contra los libios. En la 883 de noviembre de 1993, la ONU estableció nuevas sanciones contra Trípoli: congelación de los activos libios en bancos extranjeros y un embargo sobre las exportaciones libias de equipo industrial. Tras 15 años de negociaciones, Libia ha aceptado pagar 2.700 millones de dólares en compensaciones a los familiares de las víctimas, que serán depositados en una cuenta fiduciaria en Basilea (Suiza).
EEUU señaló que el levantamiento de las sanciones de la ONU no implica que Washington haga lo mismo con su embargo comercial bilateral con el país norteafricano, establecido en 1982, cuando el entonces presidente Ronald Reagan acusó al gobierno de Muamar al Gadafi de terrorista y lo incluyó en su "lista negra". Aunque nada ha podido demostrarse, los expertos creen que el atentado de Lockerbie de 1988 fue una respuesta libia al bombardeo estadounidense de Trípoli y Bengazi, dos años antes, entre cuyas víctimas se encontraba una hija de Gadafi.
Pero Francia –miembro permanente del Consejo– amenaza con usar su poder de veto para bloquear el levantamiento de las sanciones al considerar que es injusta la indemnización recibida por un ataque contra un avión francés en 1989, por el que los tribunales franceses condenaron a seis libios. El gobierno francés quiere mejorar las indemnizaciones ofrecidas a las 170 víctimas del avión de pasajeros de la compañía UTA, que cubría la ruta Brazzaville-París y que fue víctima de un atentado cuando sobrevolaba el desierto de Tenere (Níger). Un tribunal francés dictaminó en 1999 el pago de 36 millones de dólares como indemnización a las víctimas del avión, 65 de ellas francesas.
Fuentes del Consejo subrayaron, no obstante, que es poco probable que Francia utilice el derecho por el riesgo de un nuevo enfrentamiento con EEUU y Gran Bretaña, que quieren que las sanciones se levanten rápidamente. El levantamiento formal de las sanciones no tendrá, sin embargo, un efecto práctico en Libia, puesto que ya fueron suspendidas en 1999, después de la colaboración de Trípoli con la justicia sobre la entrega de dos agentes de sus servicios secretos sospechosos de cometer el atentado de la Pan Am.
Libia se responsabilizó la semana pasada, a través de una carta al Consejo, del derribo del "Jumbo" de la Pan Am en la localidad escocesa de Lockerbie, en el que murieron 270 personas, y se comprometió a renunciar al terrorismo y a cooperar en la lucha para erradicarlo. Londres y Washington respondieron con una misiva conjunta al Consejo en la que confirmaron que Libia ha cumplido con todas las condiciones requeridas por la ONU para que le sean levantadas las sanciones. Según la carta, "los gobiernos de EEUU y Gran Bretaña están preparados para permitir el levantamiento de las medidas impuestas contra Libia en las resoluciones 748 y 883 del Consejo de Seguridad cuando la suma acordada sea transferida a una cuenta fiduciaria".
Estas sanciones se remontan a marzo de 1992, cuando la negativa de Trípoli a colaborar con los investigadores para identificar a los autores del ataque de Lockerbie llevó a la adopción de la resolución 748, que establecía un embargo aéreo y de armas contra los libios. En la 883 de noviembre de 1993, la ONU estableció nuevas sanciones contra Trípoli: congelación de los activos libios en bancos extranjeros y un embargo sobre las exportaciones libias de equipo industrial. Tras 15 años de negociaciones, Libia ha aceptado pagar 2.700 millones de dólares en compensaciones a los familiares de las víctimas, que serán depositados en una cuenta fiduciaria en Basilea (Suiza).
EEUU señaló que el levantamiento de las sanciones de la ONU no implica que Washington haga lo mismo con su embargo comercial bilateral con el país norteafricano, establecido en 1982, cuando el entonces presidente Ronald Reagan acusó al gobierno de Muamar al Gadafi de terrorista y lo incluyó en su "lista negra". Aunque nada ha podido demostrarse, los expertos creen que el atentado de Lockerbie de 1988 fue una respuesta libia al bombardeo estadounidense de Trípoli y Bengazi, dos años antes, entre cuyas víctimas se encontraba una hija de Gadafi.