La reacción a la disminución de la entrada de pedidos será el descenso de la fabricación en sus factorías españolas, la situada en la localidad de Villamuriel de Cerrato, en Palencia, donde se ensamblan cuatro de las seis carrocerías del modelo Mègane, y la de Carrocería-Montaje de Valladolid, en la que se hace lo propio con Modus y Gran Modus, además de algunas unidades del Clio, turismo que se comparte con las fábricas de Flins, en Francia, y Bursa, en Turquía.
El freno a la producción exigirá la aplicación de algunas de las medidas acordadas con los sindicatos para reducir el número de jornadas de trabajo en el caso de la factoría vallisoletana. Previsiblemente también afectará al complemento de producción nocturno con el que ha contado en los últimos meses la fábrica palentina. Todo ello, a pesar de que el Mégane se mantiene en España como líder de ventas y es uno de los coches más vendidos en el continente europeo.
Según informa el rotativo, responsables de Renault se han puesto recientemente en contacto con la Consejería de Economía para anunciar que, a la vuelta de las vacaciones -ahora las fábricas están cerradas y en proceso de mantenimiento- comenzará el estudio y la discusión de las fórmulas de flexibilidad laboral o, lo que es lo mismo, de cómo se aplicarán en el calendario las jornadas de paro para reducir el número de coches que se fabrican cada mes en Valladolid.
Estas iniciativas no han sido comunicadas hasta el momento a los representantes de los trabajadores en el comité de empresa de Renault, indicaron distintas fuentes sindicales. La propuesta no sorprendió, sin embargo, a los interlocutores sociales, que en la mayor parte de los casos daban por hecho a comienzos del mes de julio que la cada vez más pronunciada caída en las ventas tendría un reflejo antes de fin de año en la reducción de las cifras de fabricación.