Ambos son turboalimentados y con inyección directa, el de gasolina desarrolla un par motor de 220 Nm mientras que el Diesel 350 Nm. Además de la potencia superior del Diesel, esta cifra de par motor condiciona el comportamiento, logrando una mejor respuesta a bajo y medio régimen. Cuando abusamos de las revoluciones el gasolina se impone, pero sólo es necesario si buscamos una conducción deportiva.
Aunque el Diesel tiene mejores bajos, la diferencia de empuje que presenta con la aguja del cuentarrevoluciones marcando por debajo o por encima de 1.500 rpm es muy notable y condiciona el modo de conducir en ciudad. Con el gasolina todo es más suave y progresivo, además de una mecánica bastante más silenciosa.
Los consumos en ambos son reducidos, pero el Diesel se impone sin compasión. Las cifras de consumo medio homologado son de 5,9 para el Diesel y 7,9 para el gasolina. En condiciones reales la diferencia es algo mayor, ya que el motor de gasolina acusa más los cambios en el tipo de conducción, si entramos en ciudad o forzamos el ritmo los consumos se elevan más que en el Diesel. Durante la prueba el consumo medio registrado por el motor 1.8 fue de 9,3 litros a los cien, mientras que el TDi se quedó en siete litros.
Seat comercializa el Exeo con un propulsor TDi de 143 CV que sería más comparable al 1.8 que el de 170 CV y que consume todavía menos que éste.