Menú

Mercedes GLK 220 CDI: Eficiencia alemana

Otra vez mis ideas preconcebidas me han hecho sorprenderme ante un coche al probarlo. En este caso pensaba que el Mercedes GLK, el todocamino más pequeño de Mercedes , sería más normal, menos Mercedes. Pero no, el GLK tiene ese tacto característico de los modelos de la marca. Veámoslo paso a paso.

0

Por su diseño exterior pensaba que por dentro sería un coche más juvenil, pero no es así. Es sobrio y oscuro, con algunos plásticos negros que podrían aparentar mejor calidad y con la disposición de mandos típica de Mercedes... Peculiar, como la palanca del control de velocidad y limitador que está caso donde buscamos la de las luces e intermitencias. Peculiar como el módulo del equipo de sonido con un montón de botones y complicado manejo. O peculiar como ese freno de estacionamiento de pedal al más puro estilo americano que resulta incómodo y hasta peligroso si no estamos acostumbrados a ellos.

Pero al margen de esos plásticos, la sensación de calidad nos envuelve, los asientos son grandes y cómodos, es amplio y el puesto de conducción permite acoger a conductores de muy diversas tallas con comodidad.

Las plazas traseras laterales permiten que dos adultos de 1,85 de estatura viajen con total comodidad, algo que no es tan fácil de encontrar en su segmento como podría parecer. La plaza central es mucho más incómoda, pero eso es algo normal. El maletero tiene una capacidad de 450 litros, no mucho pero sus formas planas permiten aprovecharlo muy fácilmente. Los respaldos de los asientos traseros se abaten asimétricamente por si necesitamos transportar objetos de gran tamaño.

Motor justo pero buenos consumos

El Mercedes GLK 220 CDI monta un propulsor Diesel de cuatro cilindros en línea, con una cilindrada de 2.143 cc y que desarrolla una potencia de 170 CV y un par motor de 400 Nm.

Con estas cifras y trabajando en conjunto con una caja de cambios manual con una acertada elección de desarrollos y buen tacto, es fácil pensar que es más que suficiente. Y no es que se quede escaso, pero tampoco va sobrado. Sus casi 1.800 kilos de peso son un lastre muy a tener en cuenta en las prestaciones y consumos.

A pesar de eso, acelera de 0 a 100 en sólo 8,5 segundos, alcanza una velocidad máxima de 205 Km/h y el consumo medio homologado es de 5,8 litros a los cien. Durante nuestra prueba de consumo la cifra ascendió hasta los 7 litros de media, lo que nos ha parecido una buena cifra a tenor de su peso y tratándose de un SUV.

Sensación de seguridad

Si algo hay que destacar del comportamiento dinámico del Mercedes GLK es su comodidad y la sensación de seguridad que transmite. Se muestra muy, muy aplomado y parece que es imposible que las ruedas no sigan la trayectoria marcada. Se mueve en una categoría diferente a la del resto de competidores, los todocamino compactos tienen más agilidad pero también menos aplomo y comodidad. ¿Te suena? Esto es lo que suele pasar con los Mercedes ¿no? Coches muy cómodos, aplomados pero menos dinámicos. Lo que está claro es que si buscas comodidad con el GLK tienes lo que quieres y los viajes largos son un placer.

En vías rápidas la estabilidad lineal es altísima, el GLK no pierde la línea recta en ningún momento. Los apoyos en las curvas rápidas son precisos y además la carrocería balancea muy poco. El motor va bien en general y no pierde velocidad en las subidas, pero no podemos pedirle grandes recuperaciones.

En carreteras de curvas su peso y falta de agilidad invitan a una conducción relajada, mientras que en ciudad esa forma de moverse nos da la sensación de que es más grande de lo que en realidad es.

En campo poco hay que contar, esta versión tiene tracción sólo al eje posterior, neumáticos para asfalto y en general, no es un modelo pensado para grandes incursiones en campo.

En Motor

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Libro
    • Curso
    • Escultura