L D (Supermotor / Iván Solera) El Volkswagen Scirocco 1.4 TSi sabe conjugar la utilización diaria con un poco de picante cuando deseamos practicar una conducción más deportiva. En ciudad toca sufrir un poco, la visibilidad trasera no es de las mejores, el maletero es justito y presenta las incomodidades propias de un coupé. Pero el tacto amable de su propulsor nos facilita las cosas y no es "de esos" que hay que llevar siempre deprisa. El Scirocco acepta los atascos y el callejeo sin problemas.
Si salimos a autopista podremos disfrutar de un aplomo de nivel, junto con un tarado de suspensiones que no le hace incómodo. La dirección es firme y precisa, la insonorización buena y la suavidad del propulsor puede jugarnos una mala pasada si no estamos atentos al velocímetro. A lo tonto a lo tonto la aguja flirteará con los 180 Km/h mientras vas de charla con el/los acompañantes sin darte cuenta. El 1.4 corre y mucho.
En carreteras de montaña con buen firme se echan de menos unos reglajes más firmes en las suspensiones para poder hacer cambios de dirección más rápidos, pero si el asfalto está un poco roto es más efectivo tal y como viene de serie. Destaca por su precisión de dirección, precisión de trayectoria y gran motricidad, tiene muy pocas pérdidas de tracción. Pero no todo puede ser bueno y a la salida de las curvas podemos pedirle una patada mayor, pero es lo que hay, para eso mejor optar por el dos litros de 200 CV.
El Scirocco ha vuelto y lo ha hecho manteniendo su espíritu y concepto. En sus anteriores generaciones fue un incomprendido pero creo que esta vez el cuento va a tener diferente final. Hoy los coupé son menos exclusivos y más prácticos, el Scirocco además tiene "buena planta".