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BMW X1 xDRIVE 28i: el pequeño gran todocamino más potente

Probamos el todocamino más pequeño de BMW con el motor de gasolina más potente. Rápido, suave y preciso en carretera, el BMW X1 tiene mucho que decir en el segmento de los SUV premium.

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El BMW X1 hace alarde de una estética agresiva y más deportiva que campera. No llega a los 4,5 metros y es once centímetros más corto que el El X3, pero por dentro está bastante bien aprovechado.

Es un todocamino de los más light, pensado para tener un buen comportamiento en carretera y en campo... Bueno, en campo mejor no meterse mucho (que es lo que hacen la inmensa mayoría de propietarios de SUV).

Sobriedad y calidad

Es un BMW, eso queda claro con sus familiares formas exteriores, pero por si andas despistado, en el interior ya no queda lugar a dudas. El diseño del salpicadero, el volante, la consola central, todo en el interior del X1 es igual o muy parecido al resto de modelos de la marca.

Es sobrio y oscuro pero denota calidad y funcionalidad, aunque en algunos lugares (pocos) encontramos plásticos mejorables, como los de color negro satinado situados de fondo en la consola central y los radios del volante. Al margen de esto, los materiales utilizados y los acabados no defraudan.

El equipamiento de serie ha crecido notablemente para lo que nos tenía acostumbrados la marca bávara. Incluye elementos como el climatizador, cristales atérmicos, volante multifunción, ESP, control de presión de neumáticos, asistente de arranque en pendientes y radio-CD con MP3 y toma AUX. Ni que decir tiene que la lista de opciones es más que extensa.

La postura de conducción es típica de BMW: Baja, piernas estiradas, volante bastante vertical, con muchas regulaciones y grandes recorridos. Punto positivo para el X1. El cuadro de instrumentos también es clásico, sencillo y muy legible. Lo que no entiendo es que se haya prescindido del reloj de temperatura del motor y siga estando presente el obsoleto indicador analógico de consumo instantáneo.

Un detalle que me ha sorprendido del X1 es su espacio interior. Si bien las plazas delanteras no dan mucha sensación de amplitud (son mucho más amplias que las de un Serie 1), las traseras acogen sin problemas a adultos de hasta 1,85 metros de altura. Hay espacio para las rodillas y la cabeza, las piernas no quedan muy flexionadas y los pasajeros cuentan con buena visibilidad. El X1 está homologado para cinco plazas, pero el pasajero central de la parte trasera dudará cómo ha conseguido esa homologación.

Echa un vistazo a la foto de las plazas traseras y verás cómo las formas del asiento en la parte central no son precisamente las mejores. A esto súmale el túnel de la transmisión y el mueble de la consola central.

El maletero tiene una capacidad de 420 litros, no son muchos pero se aprovechan bien porque tiene bastante superficie. Además, los respaldos de los asientos traseros se abaten en tres partes para lograr mayor modularidad a la hora de trasportar objetos de gran tamaño.

Gasolina y muchos caballos

El propulsor del BMW X1 xDRIVE 28i es un seis cilindros en línea con cuatro válvulas por cilindro y distribución variable de 2.996 centímetros cúbicos alimentado por inyección indirecta de gasolina. Desarrolla una potencia máxima de 258 CV a 6.600 rpm y un par motor máximo de 310 Nm a sólo 2.600 rpm.

Este seis cilindros se combina sólo con una caja de cambios automática de seis velocidades con modo secuencial sobre el que se actúa desde la palanca o desde las levas del volante.

Alcanza una velocidad máxima de 205 Km/h y acelera de 0 a 100 en sólo 6,8 segundos. Las recuperaciones no son malas, pero comparado con un Diesel turboalimentado, parecen escasas y obliga a reducir marchas.

El consumo es elevado, pero con semejante propulsor, altura y sus casi 1.700 kilos, tampoco es desmesurado. Las cifras homologadas son de 7,3 litros en carretera, 13 litros en ciudad y 9,4 litros a los cien kilómetros de consumo medio. Durante la prueba comprobamos que es difícil bajarle de los 11¿5 litros de media, mientras que en carretera supera los 9 litros.

Muy eficaz en asfalto

El BMW X1 es rápido y preciso en carretera, fácil de conducir y suave gracias a su motor de seis cilindros. En ciudad sus dimensiones son fácilmente controlables y se maniobra bien. Si además incluye cámara de visión trasera, como la unidad probada, mejor que mejor. Lo único reprochable en el día a día es que el portón del maletero te obliga a dar un paso atrás cuando lo abres por tener un punto de pivote retrasado y unas generosas dimensiones.

En carretera es cómodo a pesar del duro tarado de las suspensiones y los neumáticos con perfil bajo. La estabilidad lineal es muy buena, al apoyar en las curvas es preciso y la carrocería balancea muy poco. La dirección tiene un tacto firme y muy preciso incluso en apoyos fuertes. El BMW X1 es un coche pesado, pero se mueve bien y sólo seremos conscientes de este peso en conducción deportiva en zonas reviradas.

El motor es potente, pero se echan en falta unas recuperaciones más brillantes. Con el X1 28i es normal bajar marchas en las grandes subidas o en adelantamientos. Esto es una de las claves por las que el consumo se eleva, porque con una conducción muy relajada evitando estas reducciones, el consumo se mantiene en buenas cifras. Claro que así pierde todo su sentido tener bajo el capot un propulsor tan brillante como éste.

En campo poco hay que decir, si te fijas en las fotos verás unos neumáticos totalmente asfálticos y con un perfil muy bajo. Además los paragolpes son bastante bajos y no tienen protecciones. Con todo esto y unas suspensiones afinadas para lograr una gran efectividad en carretera, sólo podemos esperar transitar por pistas de tierra y a poder ser con pocos baches.

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