Audi R8 4.2 FSI R-tronic: Habitáculo y equipamiento
(Iván Solera) El interior del Audi R8 no es tan exótico como su aspecto exterior. La mayoría de los componentes son conocidos de otros modelos de la marca de los cuatro aros, como el volante achatado de las versiones S y RS.
El interior rebosa carbono (opcional) y aluminio, los acabados son de primer nivel y la calidad de los materiales no desmerece a pesar de ser un deportivo.
La postura de conducción es más elevada de lo esperado, vas bajo porque el coche lo es, pero no vas tirado en el suelo. No hay que estirar las piernas para delante como esperas a primera vista. Esto es positivo porque reduce la fatiga y mejora el acceso al habitáculo, pero pierdes un poco de sensaciones racing.
Los mandos tienen una disposición convencional en Audi y lo único que mejoraría sería el manejo de la pantalla multifunción de la consola central. Una táctil sería más sencilla y requeriría menos atención.
No hay plazas traseras, en su lugar tenemos un V8 regalándonos música para los oídos. El maletero esté situado en la parte frontal, es muy pequeño, lo justo como para meter un trolley y un par de abrigos. Tampoco necesitas más en un coche como el R8 ¿no?
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