Uno de los principales problemas de los coches eléctricos es su escasa autonomía, así como la lentitud de su recarga. Para el segundo problema se estudian métodos como el cambio de baterías en las gasolineras. La mejor tecnología disponible, las baterías de ión litio que también alimentan nuestros portátiles y dispositivos móviles, no almacena suficiente carga para superar los 150 kilómetros de autonomía, aproximadamente.
Según New Scientist, IBM está estudiando una alternativa, las baterías de aire-litio, que en lugar de emplear óxidos metálicos emplea carbono, que es más ligero y reacciona con el oxígeno del aire para producir una corriente eléctrica. Estas baterías podrían almacenar hasta mil veces más energía que las actuales, pero el problema de esta tecnología reside en que su vida útil decrece muy rápidamente en cada ciclo de recarga.
La razón, según el físico de IBM Winfried Wilcke, está en que el disolvente electrolítico –el material por el que circulan los electrones entre los electrodos–empleado hasta ahora también reacciona con el oxígeno. De modo que ha empleado un superordenador de la compañía para probar otros materiales hasta encontrar uno prometedor que, de funcionar, solucionaría el principal escollo con el que se han encontrado y permitiría la fabricación de baterías que pusieran al coche eléctrico en un rango de autonomía comparable al de los automóviles tradicionales.
Eso no implica que no existan otros problemas. El principal sería el funcionamiento de la batería en condiciones de humedad del aire, ya que el litio se incendia en contacto con el agua, circunstancia que no parece ser la más deseable cuando circulamos con un coche.