Se trata del modelo 102EX, Phantom Experimental Eléctrico, que fue presentado en el Salón de Ginebra y ha seguido después un prolongado programa que le ha llevado a alguna de las principales capitales del mundo en Europa, Asia y Norte América.
Este modelo de vehículo eléctrico, el primero en el segmento del superlujo, no está destinado a pasar a la fase de producción sino que ha sido pensado como un gran test. En este sentido, el amplio recorrido por medio mundo del 102EX servirá a Rolls Royce para tomar decisiones en este campo a partir de los resultados de estos test.
El Rolls Royce 102EX es un típico modelo de la marca británica, es decir, un automóvil convencional dentro del sector del lujo, excepto por su motorización, ya que está equipado con el mayor motor eléctrico colocado en un coche: 850A entregados a 338V DC y con una capacidad total de 71kWh.
Sin embargo, este gran motor eléctrico no escapa a los problemas habituales a los que se enfrentan los coches que no tienen motor con combustibles fósiles: mientras que el modelo Phantom normal alcanza los 240 km/h, su "hermano" eléctrico se queda en los 160.
Además, la carga completa de las baterías llevaría 20 horas con un enchufe monofase, un plazo que se reduciría a ‘sólo’ ocho en el caso de disponer de una toma de corriente trifásica. En los datos técnicos facilitados por Rolls Royce no se especifica su autonomía, que suele ser otro de los talones de Aquiles de los vehículos eléctricos.