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Madrid

La Ferroviaria, centro de la izquierda radical para agitar Madrid: de talleres para 'niñes' a excarcelaciones etarras

El Movimiento Antirrepresivo de Madrid, a la cabeza de la protesta antisistema del pasado sábado, se reúne habitualmente en sus instalaciones.

El Movimiento Antirrepresivo de Madrid, a la cabeza de la protesta antisistema del pasado sábado, se reúne habitualmente en sus instalaciones.
CSOA/MAR/EP

"Este sábado estaremos haciendo actividades para niñes, jóvenes y mayores", con este mensaje inocente se presentaba el nuevo Centro Social Okupado y Autogestionado La Ferroviaria de Arganzuela (Madrid), en el primer tuit publicado el 7 de junio de 2021 en la red social del pájaro azul.

El proyecto nace —supuestamente— con la vocación de "dar vida al barrio". El centro estaría llamado a convertirse un lugar de encuentro para "las vecinas" y de esparcimiento de las personas de tendencia sexual "disidente". En su faceta más blanca, organiza actividades de índole cultural o deportiva.

Pero su actividad va más allá de acoger talleres de zumba o graffiti. Se ha convertido en una especie de cuartel general de distintas organizaciones de la izquierda radical. De hecho, allí se reunió el Movimiento Antirrepresivo de Madrid para planear la protesta del pasado sábado en Madrid, bajo el lema "Contra el aumento de las medidas represivas y en defensa de la libertad de expresión".

Desde el Ayuntamiento de la capital mostraron su preocupación ante los posibles disturbios que pudieran darse en la citada marcha del 16 de octubre. Pero gracias a la impecable actuación de la Policía Nacional, que desplegó un importante dispositivo, se desarrolló sin incidentes de gravedad.

La verdadera razón de ser de esta acción, como refleja su manifiesto, es: la excarcelación de los etarras (que ellos llaman presos políticos), así como la disolución de la Audiencia Nacional, la derogación de las leyes que ellos consideran represivas y la supresión del delito de atentado a la autoridad. Fines que no resultan extraños, teniendo en cuenta la naturaleza antisistema de este movimiento.

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Protesta del 16-O, encabezada por el Movimiento Antirrepresivo de Madrid.

Sí llama la atención, sin embargo, que estos centros llamados "sociales" (porque el de Arganzuela no es el único) den cobijo a grupos como el MAR, ideológicamente a la izquierda de Podemos, que estuvo detrás de las manifestaciones violentas que tuvieron lugar en febrero, para pedir la libertad del rapero Pablo Hasel, condenado por delitos de enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona a través de sus canciones y mensajes de Twitter. Las protestas se desarrollaron en grandes capitales, como Madrid, Barcelona o Bilbao, desembocando en graves enfrentamientos con la policía.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado siguen de cerca a estos grupos que "cambian de nombre constantemente, pero son los mismos de siempre", asegura el portavoz del sindicato JUPOL Pablo Pérez, en declaraciones a Libertad Digital. Forma parte de su estrategia de supervivencia, "crean movimientos nuevos cada dos por tres" y "se puede sumar algún miembro más" pero "es la misma gente".

El papel de 'La Ferro'

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Apertura de 'La Ferro' de Arganzuela (Madrid).

El nuevo centro social okupado de Arganzuela, ubicado en las instalaciones de una antigua sucursal bancaria, abrió sus puertas el pasado mes de junio y recoge el testigo de La Ingobernable tras su desalojo. Además, se adelanta al próximo cierre de La Traba, en el mismo barrio, a cuyo proyecto también pretende dar continuidad.

Como bien dicen a través de su perfil de Twitter, el proyecto ha sido posible gracias a la colaboración de distintas organizaciones de izquierdas, como la Plataforma Antiodesahucios, el colectivo juvenil antifascista Arganzuela 27, Acción Transcombativa (grupo no mixto de personas trans o en cuestionamiento) y la Asociación Feminista de Arganzuela.

En su programación habitual, encontramos distintos talleres/clases (guitarra, danza, graffiti, boxeo, teatro, etc.) así como charlas sobre feminismo o encuentros para el desarrollo de iniciativas antidesahucios.

Pero a la vista está que también sirve de enlace y soporte a grupos menos amables, cuyo activismo siempre va asociado a incidentes violentos. La Ferroviaria se ha convertido en el cuartel general de la izquierda radical que se manifestó en Madrid a favor de las excarcelaciones de etarras y tiene previstas otras tantas acciones en el futuro. Lo cierto es que no podemos hablar de tapadera, porque así queda reflejado en las publicaciones del MAR en redes sociales.

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