A pesar de que el Gobierno sigue presumiendo de que la vacunación "va como un tiro" y de que los indicadores parecen ir mejorando paulatinamente, el Consejo Interterritorial de Salud ha decidido endurecer la respuesta a la cuarta ola de la pandemia. Algo incomprensible en una semana que comenzaba con el presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García Page, sentenciando que en julio la mascarilla dejaría de ser obligatoria al aire libre, precisamente porque la situación estaba mejorando notablemente.
Hasta ahora, las recomendaciones que acompañaban al famoso semáforo covid -que cataloga a las comunidades por niveles de riesgo en función de distintos criterios epidemiológicos- no eran nada más que eso: recomendaciones. Ni siquiera en los momentos más duros de la segunda y la tercera ola el Gobierno se planteó transformarlas en obligaciones.
¿Medidas obligatorias?
Sin embargo, el Consejo Interterritorial de Salud celebrado este miércoles ha decidido convertirlas en medidas de obligado cumplimiento, a pesar de contar con el voto en contra de hasta seis comunidades autónomas -Andalucía, Cataluña, Galicia, Madrid, Murcia y País Vasco- y la abstención de otras dos -Castilla y León y Melilla-.
De acuerdo con lo establecido en Ley 16/2003, los acuerdos de este órgano deben adoptarse "por consenso", lo que implica que no deberían contar con el rechazo de ninguno de sus integrantes. Aferrándose a esta norma, la Comunidad de Madrid ya ha anunciado que en ningún caso acatará un paquete de medidas que sumirían a la región en un escenario brutalmente restrictivo, mientras "eso sí, el aeropuerto de Barajas continúa abierto".
Es más, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, ya ha anunciado que recurrirá a los tribunales por considerar que estas medidas se han tomado "sin ningún consenso ni fundamento" y suponen "un nuevo atropello" del Gobierno de España a las comunidades autónomas. A su juicio, el documento "no tiene ningún sentido jurídico ni social", y está "desfasado" con respecto a la situación y el nivel de vacunación actual.
A priori, el mensaje que trascendió este miércoles es que sólo serían de obligado cumplimiento las medidas relativas a la hostelería y el ocio nocturno. Sin embargo, desde la Comunidad de Madrid insisten en que "ese documento se aprobó de manera global" y que, por tanto, las medidas no se pueden imponer de forma "parcial". Así, Escudero ha pedido a la ministra Carolina Darias que hable con "más rigor" y que no pretenda ocultar que, si el documento se eleva a rango de obligación, se imponen restricciones a todos los niveles.
Nivel 3 de alerta
Según los parámetros establecidos en el marco de las "Actuaciones de respuesta coordinada para el control de la transmisión de COVID-19", la Comunidad de Madrid se encontraría en estos momentos en el nivel 3 de alerta, ya que, a pesar de reducirse día tras día, la incidencia acumulada a 14 días continúa por encima de los 150 casos por cada 100.000 habitantes, el porcentaje de camas UCI ocupadas por pacientes de coronavirus supera el 25% y la trazabilidad -el número de casos de los que se conoce el origen- sigue siendo inferior al 50%.
Las medidas acordadas para este nivel son mucho más restrictivas que las que actualmente están vigentes en la Comunidad de Madrid, por lo que, si el Gobierno acabase obligando al Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso a aplicarlas, tendría que dar marcha atrás en la desescalada de forma notable.
Cierre perimetral
Para empezar, tendría que cerrar perimetralmente la región, limitando las entradas y salidas "excepto para actividades esenciales". Además, entraría en vigor la "recomendación de permanecer en el domicilio" y las reuniones, de producirse, estarían limitadas a 4 personas.
Ni interior de bares ni ocio nocturno
El interior de bares y restaurantes volvería a quedar cerrado al público y el aforo en el exterior se limitaría al 75% con un máximo de 6 personas por mesa. Por otro lado, no se permitía la apertura de locales de ocio nocturno y las salas de bingo, casinos, salones recreativos y locales de apuestas se verían obligados a suspender la actividad en el interior.
Más restricciones en las piscinas
Las zonas comunes de los hoteles, así como las tiendas y locales comerciales también tendrían que limitar su aforo a un tercio. Y lo mismo sucedería con las piscinas, lo que supondría un auténtico varapalo a las puertas de que comience la temporada estival.
Otros lugares de ocio
Cines, teatros, museos, bibliotecas y similares sólo podrían contar con la mitad del público habitual. También los mercadillos, que, además, únicamente podrían desplegar el 50% de los puestos habitualmente autorizados. Además, se especifica que "no se celebrarán eventos multitudinarios".
Deporte y enseñanza
Las instalaciones deportivas tendrían que volver a cerrar duchas y vestuarios, así como limitar a un tercio su aforo. Es más, al estar en nivel 3, incluso se recomienda el cierre de gimnasios. Lo mismo sucede con academias, autoescuelas y otros centros de formación no reglada, donde se insta a volver a la enseñanza telemática. De la misma manera, se recomienda la celebración virtual de congresos, conferencias, seminarios y otros eventos profesionales.
Entierros y celebraciones
Los lugares de culto no podrían superar un tercio de su aforo en espacios cerrados, lo que también afectaría a entierros y velatorios, así como a bodas, bautizos y comuniones, cuya celebración se aconseja posponer hasta que la situación mejore.
Además, todos estos eventos verían limitada su participación a un máximo de 10 personas. De celebrarse en el exterior, la asistencia podría ampliarse hasta 20 personas "siempre que se pueda garantizar la distancia de seguridad", pero se prohíbe "realizar actividades que impliquen canto, baile y contacto físico".
Exámenes oficiales
Por último, a las puertas de la EBAU -la antigua selectividad-, la Comunidad de Madrid tendría que hacer frente a un aforo máximo de un tercio por aula, que también estaría vigente para las oposiciones u otros procesos selectivos que se celebrasen en la región.