"Sabe usted que el Gobierno de España no se manifiesta sobre procedimientos judiciales". Eran las primeras palabras de Pedro Sánchez —que ofrecía este viernes una rueda de prensa en Bruselas tras concluir la reunión del Consejo Europeo— sobre el recurso presentado este mismo viernes por la Comunidad de Madrid contra las restricciones impuestas por Sanidad para la capital de España y otro nueve municipios que suman en total de cinco millones de ciudadanos.
Sin embargo, el presidente del Gobierno, a pocas horas de que entre en vigor la orden del ministerio de Salvador Illa, aprovechaba las preguntas de los informadores sobre esta cuestión para lanzar una auténtica andanada, velada eso sí, contra la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Insinuaba que su actitud es la "antipolítica" algo que endosaba también al PP, refiriéndose a los de Pablo Casado como "uno de los partidos tradicionales" y afirmaba que "la ultraderecha" es la gran beneficiada de esta situación.
Sánchez afirmaba que los españoles están asistiendo entre "incrédulos y estupefactos" a los litigios entre administraciones, pero, afirmaba, "este es el Estado compuesto que tenemos. Es un Estado descentralizado, donde la Sanidad, la Educación, la Dependencia está en manos de las Comunidades Autónomas". Para el jefe del Ejecutivo, su tarea se limitaría a "articular" y "coordinar" una sería de "políticas comunes" para hacer frente a la pandemia con, matizaba, una "respuesta homogénea".
Algo que, decía, pese a la orden de Sanidad publicada este jueves en el BOE, se trasladaba en base a "recomendar una serie de actuaciones" a las autonomías.
Rematando su ataque velado contra Ayuso y los populares, Sánchez aludía a "aquellos partidos políticos que utilicen la pandemia, de nuevo, para dividir, para confrontar, para polarizar a la ciudadanía, tienen que ser conscientes de cuáles son las consecuencias de ello" que, insistía, es el beneficio para Vox, al que tampoco nombraba.