FIESTAS Y CULTURA
Durante siglos los madrileños en los distintos puntos de la región se han reunido para celebrar juntos las fechas con mayor significado religioso, dar la bienvenida a la primavera, comer o recordar los episodios más apasionantes de su pasado. Las fiestas han dado días de alegría y han vertebrado tradiciones que aún es posible disfrutar en muchos lugares de la Comunidad y, aunque a algunas de ellas les toca ahora esperar a que la situación sanitaria mejore, seguro que muy pronto todas volverán a llenar la región de devoción, cultura, historia y alegría. Vamos a recorrer una selección de las mejores
1.- Fiestas del Motín, Aranjuez
Desde hace décadas Aranjuez recuerda y representa los acontecimientos que en marzo de 1808 cambiaron la historia de España. Una celebración interrumpida por la pandemia en la que se representan los hechos sucedidos en el Real Sitio a primeros de septiembre. Fiestas de Interés Turístico Internacional que aprovechan los maravillosos escenarios que la historia y la naturaleza le han regalado a la ciudad.
La primera noche, en miércoles, se celebra el asalto al Palacio de Godoy, con los vecinos desfilando con tambores y a la luz de las antorchas. El viernes se hace un ensayo general de la escenificación del Motín, abierto al público, al que el sábado seguirá la representación definitiva que tiene un marco tan excepcional como el patio de armas del Palacio Real. Las fiestas se cierran el domingo con uno de los actos preferidos por los lugareños: el descenso pirata del Tajo en divertidas embarcaciones artesanales y con una noche de fuegos artificiales.
Y durante estos días el programa se completa con el mercado goyesco, las corridas de toros, los actos culturales, la elección del amotinado mayor, las actuaciones musicales… un auténtico frenesí.
2.- Encierros de San Sebastián de los Reyes
Hay que remontarse nada más y nada menos que 496 años para encontrar la primera referencia a la costumbre de los sansebastianenses de "correr toros", en una carta de Carlos I al obispo de Toledo.
Está más que claro, por tanto, que San Sebastián de los Reyes es una ciudad con una afición a los toros muy por encima de lo común y probablemente el elemento más destacado de esa afición sean los encierros: durante seis días los mozos locales y muchos llegados de fuera corren delante de los toros en un espectáculo en el que se miden la rapidez y la habilidad de los corredores frente al instinto y la bravura de las reses.
Miles de personas se agolpan en el recorrido de unos 800 metros en cada uno de los seis encierros de San Sebastián de los Reyes, que se celebran alrededor de la última semana de agosto en una cita que ya despierta interés en aficionados de toda España e incluso del extranjero.
Fotos: Cordon Press
3.- 2 de mayo, Móstoles
Como las Fiestas del Motín, las del 2 de Mayo en Móstoles se remontan a los acontecimientos que en 1808 cambiaron la historia de España y Europa, en lo que fue el principio de la derrota definitiva de Napoleón. Fiestas declaradas de Interés Turístico Nacional que conmemoran y recrean el levantamiento popular contra las tropas francesas.
Entonces fueron los dos alcaldes de la ciudad, Andrés Torrejón y Simón Hernández, los que firmaron un bando que era el primer documento legal que llamaba a auxiliar a la patria; ahora son todos los mostoleños los que cada año llevan a Móstoles a principios del siglo XIX para recordar aquella gesta.
Muchas calles de la ciudad se trasladan al siglo XIX y presentan un aspecto goyesco, los vecinos se visten a la moda de hace 200 años y se desarrollan dos representaciones de los hechos de aquel 2 de mayo, además del ya tradicional desfile de farolillos, en el que los mostoleños recorren el centro de la ciudad vestidos de época y portando faroles hasta llegar al monumento a Andrés Torrejón.
Y como en otros lugares de Madrid, Móstoles une la celebraciones históricas con todo tipo de eventos culturales, musicales, deportivos…
4.- Embarcación de la Virgen de la Alarilla, Fuentidueña de Tajo
Con más de 150 años de historia, la embarcación de la Virgen de la Alarilla que se celebra en Fuentidueña de Tajo el segundo sábado de septiembre es la más antigua procesión fluvial de España y, sobre todo, un espectáculo único en el que se reúnen de forma muy especial la fe y la naturaleza.
La procesión es el centro de una fiesta en el que siempre hay más actos -aunque este 2021 se hayan tenido que suspender por la pandemia- y el momento culminante de las fiestas. La Virgen se sitúa en una barca que está decorada con luces de colores, con el resto de la villa en completa oscuridad recorre un tramo de 700 metros del Tajo mientras varios cientos de nadadores la acompañan en el mismo cauce del río.
En las orillas se dan cita miles de personas -unas 5.000 en las últimas ediciones- que contemplan el paso de la Virgen y de los nadadores y que se emocionan con una celebración que se vive con mucha devoción en toda la comarca.
La fiesta, que ya es de Interés Turístico Regional y está en plena tramitación para ser de interés turístico nacional, termina tradicionalmente con un castillo de fuegos artificiales y, ya casi en la medianoche, el regreso al pueblo, en este caso por tierra y con antorchas.
5.- Pasiones vivientes
Hasta ocho pueblos de la Comunidad de Madrid -Belmonte de Tajo, Brunete, Carabaña, Chinchón, Daganzo de Arriba, Morata de Tajuña, Valdilecha y Villarejo de Salvanés- celebran durante la Semana Santa pasiones vivientes en las que se representan escenas de la vida y los últimos días de Jesucristo. En cuatro de ellos, Carabaña, Daganzo de Arriba, Morata de Tajuña y Villarejo de Salvanés, están declaradas Fiestas de Interés Turístico Regional, y en uno, la Pasión de Chinchón, de Interés Turístico Nacional.
Cada una se adapta a los escenarios que ofrecen las localidades y hay algunas que reúnen miles de espectadores -en Chinchón o Morata de Tajuña han llegado a ser 20.000- y decenas cuando no cientos de actores.
Del mismo modo, todas tiene su estilo propio, sus peculiaridades y libretos distintos que destacan más o menos cada uno de los momentos que narran los evangelios. Las hay que tienen un espectacular uso del sonido y de los juegos de luz, las hay que van cambiando de escenario dentro de sus villas y hay incluso quién puede presumir de una Bendición Papal, como la que Juan Pablo II dio a la de Morata de Tajuña, pero todas coinciden en el esfuerzo de aquellos que participan en la representación o la hacen posible para lograr espectáculos de tanta calidad artística como devoción religiosa.
6.- Romería de la Virgen de la Gracia, San Lorenzo del Escorial
Fue en 1715 cuando se crea la primera cofradía de romeros en San Lorenzo de El Escorial, que ya tenía como misión mantener un culto muy anterior a la Virgen de la Gracia, cuya imagen primitiva se encontró en una cueva en tiempos de la Reconquista, según la tradición.
A través de diversos avatares históricos y, sobre todo, tras el lapso que empezó en 1936 cuando fue quemada fue quemada aquella primera imagen de la Virgen, la tradición de las romerías volvió a San Lorenzo en los años cuarenta y ha cobrado una fuerza enorme desde entonces que, seguro, se recupera en cuanto lo permita la pandemia.
La romería se celebra el segundo fin de semana de septiembre y ya hay actos el viernes y el sábado, si bien el gran día es domingo en el que los romeros van desde el alba al bosque de la Herrería y pasan allí la mayor parte del día disfrutando del ambiente y de actividades varias como el concurso de carretas.
Hasta 14.000 personas pueden pasar a lo largo del día por allí, en un encuentro que termina a la caída de la tarde, cuando se devuelve a la Virgen a su altar celebrando parte del recorrido, desde que se llega al Monasterio de El Escorial, como una procesión.
7.- Fiesta de la Maya, Colmenar Viejo, El Molar
En los primeros días de mayo se celebran las fiestas de la Maya, que en la región de Madrid son especialmente conocidas las de Colmenar Viejo y El Molar, ambas declaradas de Interés Turístico Regional. Una peculiar celebración…
Gran estrella de la celebración, las Mayas son niñas a la que se engalana con una serie de ropas tradicionales: un mantón de manila atado a la espalda, camisa blanca y unas enaguas que normalmente pasan de generación en generación de la familia. Además, se les colocan múltiples adornos y abalorios y flores hasta que tienen un aspecto realmente especial.
Así ataviadas se sientan ante una especie de altar preparado por cada familia con telas de vivos colores y flores recogidas en el campo la víspera, allí tienen que permanecer muy serias, totalmente hieráticas mientras a su alrededor hay grupos de música y danza y otras niñas, también vestidas para la ocasión, piden dinero a los vecinos repitiendo un frase: "Para la maya, para la maya, que es bonita y galana".
El rostro hierático de las jovencitas, sus ropas y los altares forman un conjunto tan llamativo y fotogénico que un reportaje sobre la fiesta fue premiado hace unos años en los prestigiosos World Press Photo.
Fotos: SOPA Images Limited / Alamy Stock Photo
8.- Semana Cervantina, Alcalá de Henares
El 9 de octubre de 1547 se bautizaba en Alcalá de Henares a Miguel de Cervantes, motivo inmejorable para que casi cinco siglos después toda la ciudad se vuelque en la celebración de la Semana Cervantina, Fiesta de Interés Turístico Naciona
Se trata de varios días de actividades culturales de todo tipo -más de 500 en las últimas ediciones- que incluyen obras de teatro, desfiles y pasacalles, música en formas muy variadas, talleres, juegos, recreaciones históricas, eventos gastronómicos…
El plato fuerte de la semana y el lugar en el que muchas de las cosas ocurren es el tradicional Mercado Cervantino o Mercado del Quijote, considerado el mayor mercado medieval de España y que ocupa habitualmente una buena parte del centro histórico de la ciudad.
Por supuesto, ese casco viejo que es Patrimonio Mundial y que se engalana especialmente para la ocasión es también protagonista principal: sin él no sería lo mismo una festejo que, en esas calles llenas de historia y de belleza realmente más que una fiesta es un viaje al Siglo de Oro.
Fotos: Fernando Cortés de Pablo - Luis Angel García Carretero / Alamy Stock Photo
9.- Fiesta de Los Mayos, Casarrubuelos y Valdetorres de Jarama
Prácticamente en todo el mundo hay fiestas alrededor de los primeros días de mayo, relacionadas con los ritos ancestrales de la primavera y del ciclo de las estaciones. En España estás festividades de Los Mayos se celebran en prácticamente todos los rincones del país y, por supuesto, también en Madrid.
Dos son los pueblos que mantienen muy viva esta tradición, Valdetorres de Jarama y Casarrubuelos, donde la Hermandad del Santísimo Cristo de la Vera Cruz lleva la friolera de casi cuatro siglos -fue fundada en 1653- promoviendo el culto a esa imagen, haciendo obras de caridad y organizando las fiestas.
En ellas hay un acto central que es el levantamiento del Mayo. En el caso de Casarrubuelos, el primer domingo del quinto mes los mozos salen del pueblo para recoger -antes con mulas y caballos, ahora en tractor- un pino traído exprofeso desde Burgos y que se pondrá en pie usando maromas y grandes tijeras de madera en un agujero practicado en mitad de la plaza.
La operación requiere de la coordinación y la fuerza de decenas de personas que suele durar tres o cuatro horas pero que en ocasiones ha requerido del día entero, hasta el anochecer. Los árboles no miden nunca menos de 30 metros y alguno ha llegado a los 33 y, un dato muy llamativo, es que la celebración no se interrumpió ni durante la Guerra Civil -y eso que la antigua imagen del cristo fue quemada-, pero sí lo hizo en 2020 por la pandemia.
10.- Fiesta de la Caldereta, Hoyo de Manzanares
Aunque es obvio que en muchas de las celebraciones populares de España la comida juega un papel esencial, la Fiesta de Interés Turístico Regional de la Caldereta, es seguramente la más importante de la región que se centra completamente en lo gastronómico.
Se dice que la tradición de la se mantiene en Hoyo de Manzanares desde el muy lejano siglo XIII, pero en cualquier caso de lo que hay constancia documental es de que ya se celebraba en 1767. Tras unos años en el olvido, ya en el siglo XX se recuperó la tradición y se ha venido celebrando durante las fiestas patronales de la Virgen de la Encina de Hoyo, siempre que no lo haya impedido.
Un tiempo que le ha servido para despertar un interés enorme y tener un gran arraigo en la localidad y en la región: miles de personas se reúnen en la Plaza Mayor de Hoyo de Manzanares alrededor del 9 de septiembre para degustar el guiso que lleva horas guisándose según una receta tradicional en decenas de grandes calderos y que se come sobre un bollo de pan.
Fotos: Asociación La Caldereta
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