El teléfono comenzó a crepitar, la pantalla de vidrio se cuarteó y explotó, arrojando pequeños fragmentos que se incrustaron en la cara del chico, de 18 años, que requirió atención médica, según ha informado la edición digital del periódico La Provence.
El adolescente y una amiga, que se encontraba con él en el momento de los hechos, aseguraron que el teléfono no estaba excesivamente caliente antes de que explotase.
"Lo tenía a 30 centímetros de mi cara cuando sentí como un grano de arena en el ojo", dijo el adolescente.
Contactado por Efe, Apple Francia no ha querido hacer ningún comentario.