Leon sospechaba que su mujer le engañaba y por eso entró en la cuenta de correo electrónico de Gmail de ella con su clave, que conocía, en un portátil que compartían. Esto fue motivo de disputa, que añadida a otros problemas conyugales culminó en una demanda de divorcio presentada en febrero de este año y que será efectiva este mes.
La justicia local no ve precedentes legales en este caso, ya que este tipo de demandas fueron presentadas con anterioridad en cuestiones empresariales pero no en el ámbito doméstico. "Va a ser interesante porque no hay respuestas legales claras aquí", ha indicado la abogada de Vermont Frederick Lane al diario local Freepress.
Leon y Clara Walker estaban casados, siendo el tercer matrimonio para ella. Él sospechaba que su mujer le engañaba con su anterior marido, un hombre que había sido detenido en alguna ocasión por agredir a Clara Walker frente a su hijo, fruto del primer matrimonio. Leon Walker decidió espiar el correo de su mujer y cuando descubrió la infidelidad, se lo contó al primer marido de Clara y padre del hijo de ésta.
El remedio fue peor que la enfermedad y la esposa denunció a Leon y pidió el divorcio. Ahora, Leon Walker se enfrenta a una vista por la que podría ser condenado a cinco años por intromisión de la intimidad.
El propio Leon ha declarado a Freepress que él hizo "lo que tenía que hacer: estamos hablando de poner a un niño en peligro". Mientras tanto, la fiscal del Condado ha afirmado que lo considera al parecer todo un hacker. Será un jurado popular el que decida finalmente si la lectura de correos electrónicos de Walker merece cinco años de prisión.