Todo comenzó cuando, durante el desarrollo de Brütal Legend, momento en el cual Activision decidió cancelar el proyecto porque no le veía futuro. Tras unos meses en el limbo, Electronic Arts decidió retomarlo, y meses más tarde Activision intentó detener el lanzamiento con demandas reclamando que ellos tenían los derechos del título, maniobra que todo el público consideró bastante sucia.
El creador, lejos de dejar escapar la polémica, ha decidido avivarla hace unos días con unas explosivas declaraciones: "Bobby tiene obligaciones con sus accionistas, pero tampoco debería comportarse como un imbécil, ¿no?. Yo pienso que puede hacer las cosas sin ser un completo gilipollas, creo que sería posible, pero él no parece estar interesado". Posteriormente decidió explicar a que se refería en concreto: "A él no le gustan los juegos, y eso no es bueno. Podemos verlo como que él vende pastillas de jabón, y simplemente intenta hacerlo de la forma más barata. Se engancha a algo cuando es popular, lo exprime hasta la muerte y luego busca otra cosa. Debería crear o construir algo. Quizás debería irse a una industria donde encaje más, afín a sus pasiones, ¿fabricación de armas quizás?".
Desde Activision tampoco han querido quedarse atrás, y han contestado a las polémicas palabras de Tim de la mano de Eric Hirshberg, nuevo jefe editorial: "Los comentarios de Schafer no son verdad, Bobby siempre ha sido un gran apasionado de los juegos y le encanta la industria. Como CEO de una compañía que hace videojuegos dispone de poco tiempo y no puede jugar tan frecuentemente. Se ve que Tim que nunca llegó a conocer a Bobby Kotick". Sin lugar a dudas las relaciones entre el creador y Activision aún están calientes, y parece que lejos de enfriarse, cada día se echa más leña al fuego.