LD (Otr/press) Los nuevos MacBooks, los portátiles más modernos, estilizados y cool –ese anglicismo tan popular en la industria tecnológica– del mercado, no llevan Blu-ray incorporado; algo que resulta extraño si tenemos en cuenta que este formato ya vapuleó al HD-DVD en la carrera por suceder al DVD. El asunto es que, a día de hoy, al presidente de Apple no le gusta el formato; y no por sus posibilidades, que sí le convencen, sino por la tortura de conseguir licencias.
"El Blu-ray es un saco de dolores", explicó Jobs en declaraciones a Ars Technica recogidas por Otr/press. "El proceso para conseguir las licencias es tan complejo que preferimos esperar a que las cosas se asienten antes de incordiar a nuestros clientes con el costo de las licencias y el coste de los componentes". En su lugar, el directivo apostó por la descarga de contenidos, que también permiten la reproducción en alta definición de un tamaño indefinido.
Los ordenadores de Apple también le han dado la espalda a la conexión HDMI, que ha cobrado presencia en los últimos años en televisores, reproductores y máquinas de videojuegos en favor del DisplayPort, un estándar especialmente diseñado para ordenadores. Según Jobs, el HDMI tiene una "resolución limitada" y defendió la superioridad de su elección.