L D (EFE) El programa de recambio anunciado este martes afecta, según Sony, a "todas las baterías de ordenadores portátiles del mismo tipo que las han pedido retirar (los fabricantes de computadoras) Dell, Apple y Lenovo" debido al alto riesgo de recalentamiento.
El programa se refiere a un total de 3,5 millones de unidades y no se incluyen ya las que ordenaron retirar Dell, Apple y Lenovo. Las baterías afectadas fueron fabricadas entre agosto del 2003 y febrero del 2006. En rueda de prensa, Sony indicó que no tiene previsto penalizar a su alta dirección por este cataclismo empresarial, en referencia al presidente ejecutivo de la empresa, el estadounidense Howard Stringer, y a su segundo en el mando, el nipón Ryoji Chubachi.
Este escándalo saltó a la luz el pasado 14 de agosto, cuando la firma Dell anunció el reemplazo de 4,1 millones de baterías de Sony que podían ser defectuosas. El fabricante de ordenadores estadounidense informó de que había recibido seis denuncias sobre baterías de Sony cuyo recalentamiento destruyó los ordenadores que las contenían y produjo daños en los hogares de los propietarios de los aparatos. Acababa de ponerse en marcha una bola de nieve que se hizo extensiva a los principales fabricantes de ordenadores portátiles del mundo.
Apple informó de dos casos de recalentamiento que causaron heridas leves a sus usuarios y pidió la retirada de 1,8 millones de baterías. Lenovo, por su parte, pidió la devolución a las tiendas de 526.000 baterías, Toshiba de otras 870.000 (como reconoció hoy esta empresa) y Fujitsu cuanto menos de 338.000 unidades. Un portavoz de Toshiba dijo a la prensa que "este problema está más extendido de lo que se pensaba en un principio".
Fuerte caída de beneficios
Sony ya ha indicado que contempla unos beneficios netos en el año fiscal 2006, que finalizará el próximo 31 de marzo, un 38 por ciento más bajos que en su cálculo estimativo del pasado mes de julio. Ese beneficio queda reducido a 80.000 millones de yenes (535 millones de euros), frente a los 130.000 millones de yenes previstos inicialmente (869 millones de euros).
Al colapso en los beneficios contribuye en buena medida el terremoto de las baterías defectuosas, aunque también ha afectado negativamente el retraso en el lanzamiento de su PlayStation3 (PS3). Para sufragar el enorme coste de esta operación mundial de reemplazo de baterías, la empresa planea registrar una provisión de 51.000 millones de yenes (429 millones de dólares) en el área de electrónica durante el segundo trimestre del año fiscal en curso.
"Confiamos en que el número de baterías que deben ser recambiadas no aumente (de los 9,6 millones previstos). Creemos que se han dado ya los pasos adecuados para garantizar la seguridad (de los consumidores) en estos momentos", afirmó el vicepresidente ejecutivo de Sony, Yutaka Nakagawa. Este directivo pidió disculpas a los usuarios y a los fabricantes de ordenadores portátiles por lo ocurrido. Sony subrayó que, a pesar de la magnitud del escándalo de producción, los fallos de las baterías sólo pueden producirse en muy limitadas circunstancias y destacó que las diferencias entre los sistemas de las distintas marcas de ordenadores pudieron también haber afectado a las funciones de las unidades de alimentación.