LD (Otr/press) Esta nueva tecnología, basada en la emisión de luz orgánica por diodos, permite que las pantallas sean más ligeras, sólo tengan grosores de 3 milímetros y ofrezcan un contraste de imagen mucho más efectivo.
De momento, la multinacional nipona sólo ha comercializado una versión de once pulgadas de estos nuevos televisores en el propio Japón, con un precio de unos 1.200 euros. Así pues, el mayor inconveniente de la nueva generación de televisores parece que será el precio, puesto que los receptores LCD y plasma se han abaratado considerablemente.
A medio plazo, las condiciones pueden ser más competitivas para la nueva tecnología, ya que se espera una demanda mundial de 2,8 millones de receptores para 2012 frente a las 200.000 unidades del año que viene.