Sólo uno de cada veinte autónomos españoles dispone de un sitio web
El setenta por ciento de los autónomos españoles carece de equipos informáticos para su negocio y el treinta por ciento muestra interés en tenerlos, según las conclusiones del estudio Los trabajadores autónomos ante la sociedad de la información, presentado por la Unión de Profesionales Trabajadores Autónomos (UPTA).
(Libertad Digital) El estudio de la UPTA está dentro del Programa Inpuls@, que tiene como objetivo mejorar la competitividad de los trabajadores autónomos en su gestión mediante el uso de las nuevas tecnologías de la información y está cofinanciado por la Dirección General de la PYME y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). El trabajo está realizado sobre una muestra de quinientos autónomos del comercio, de la hostelería y de la peluquería.
Las conclusiones generales apuntan que alrededor del 63,3 por ciento de los autónomos dejó de estudiar tras el período obligatorio de enseñanza, mientras que la tasa media europea es del 34,9 por ciento. Además, los autónomos, –que representan el 54,7 por ciento de empresas españolas y el 18,2 por ciento del total de la población ocupada– constituyen un colectivo disperso y atomizado, en el que la mujer adquiere cada vez mayor peso.
El estudio apunta que el 89 por ciento no codifica sus productos, el 72 por ciento tiene proveedores de ámbito regional y el 20 por ciento no utiliza terminal, mientras que el 16 por ciento tiene Internet y el cinco por ciento una página web.
Las principales barreras para la introducción de las nuevas tecnologías son el tamaño de estas empresas, una gestión empresarial reducida con diferentes hábitos de trabajo donde se desconocen las tecnologías de la información –ya que se piensa que son para grandes empresas– y una capacidad económica limitada basada en la autofinanciación de los autónomos. El estudio propone alianzas estratégicas entre los autónomos y de éstos con empresas de software para desarrollar operaciones conjuntas y mejorar los servicios, además de seguir profundizando en otras necesidades específicas como el mayor protagonismo de la mujer.
Las conclusiones generales apuntan que alrededor del 63,3 por ciento de los autónomos dejó de estudiar tras el período obligatorio de enseñanza, mientras que la tasa media europea es del 34,9 por ciento. Además, los autónomos, –que representan el 54,7 por ciento de empresas españolas y el 18,2 por ciento del total de la población ocupada– constituyen un colectivo disperso y atomizado, en el que la mujer adquiere cada vez mayor peso.
El estudio apunta que el 89 por ciento no codifica sus productos, el 72 por ciento tiene proveedores de ámbito regional y el 20 por ciento no utiliza terminal, mientras que el 16 por ciento tiene Internet y el cinco por ciento una página web.
Las principales barreras para la introducción de las nuevas tecnologías son el tamaño de estas empresas, una gestión empresarial reducida con diferentes hábitos de trabajo donde se desconocen las tecnologías de la información –ya que se piensa que son para grandes empresas– y una capacidad económica limitada basada en la autofinanciación de los autónomos. El estudio propone alianzas estratégicas entre los autónomos y de éstos con empresas de software para desarrollar operaciones conjuntas y mejorar los servicios, además de seguir profundizando en otras necesidades específicas como el mayor protagonismo de la mujer.
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