El video, en el que se muestra a cuatro estudiantes varones humillando al joven en Turín, fue grabado con un teléfono móvil y posteriormente subido a YouTube en septiembre de 2006.
Google se defendió argumentando que eliminaron el video inmediatamente después de recibir la notificación de las autoridades y que colaboraron con las autoridades italianas para ayudar a identificar a los autores y llevarlos ante la justicia.
El gigante de internet, como siempre argumenta con la ley en estos casos, al tener servicios funcionando como una plataforma de alojamiento, no se hace responsable del material que otros puedan añadir –al igual que al servicio de correos no se le culpe por cartas peligrosas–.
En este caso, sin embargo, acusaron a los directivos de Google de negligencia defendiendo que el que el video permaneció online durante dos meses, aún cuando algunos usuarios ya habían colgado comentarios pidiendo que se eliminara.